El análisis sugiere que el impacto del cáncer y sus tratamientos sobre las enfermedades cardiovasculares es significativamente mayor en los adultos mayores, debido a su vulnerabilidad relacionada con la edad.
Un estudio liderado por Suzanne Orchard, de la Universidad de Monash en Melbourne, se basó en los datos del consorcio ASPREE, que siguió a más de 19,000 personas en Estados Unidos y Australia entre 2010 y 2017.
Aunque el objetivo original del ensayo ASPREE era evaluar la eficacia de la aspirina en la prevención de problemas cardíacos y circulatorios, los resultados en relación con el uso de la aspirina fueron decepcionantes, dejando solo un beneficio marginal.
Sin embargo, la gran cantidad de datos recopilados ha permitido explorar otros factores, como la relación entre el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. En este caso, se ha revelado que los sobrevivientes de cáncer mayores de 70 años tienen el doble de riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en comparación con personas de la misma edad sin antecedentes oncológicos.
De los 15,454 participantes que no tenían antecedentes de cáncer, 1,392 desarrollaron la enfermedad durante el seguimiento, lo que brindó a los científicos la oportunidad de analizar la evolución de sus riesgos cardiovasculares en comparación con aquellos sin cáncer. Los resultados fueron reveladores: la tasa de problemas cardiovasculares en los sobrevivientes de cáncer se duplicó, pasando de 10.3 a 20.8 casos por cada 1,000 personas al año.
El estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista de la Sociedad Americana del Cáncer, plantea que ciertos tipos de cáncer presentan un riesgo cardiovascular aún mayor.
Los tumores pulmonares, así como los cánceres sanguíneos como la leucemia y los tumores metastásicos, fueron los que más aumentaron el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y circulatorias.
La investigación también sugiere que la quimioterapia, debido a su impacto en todo el cuerpo, aumenta la incidencia de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca en personas mayores.
Sin embargo, debido a que el estudio no se diseñó específicamente para examinar los efectos de otros tratamientos, como la radioterapia o la inmunoterapia, no se pudieron extraer conclusiones sobre su impacto en la salud cardiovascular, aunque estudios previos han mostrado efectos secundarios similares, especialmente en personas más jóvenes.
Además, el análisis del consorcio ASPREE sugiere que el impacto del cáncer y sus tratamientos sobre las enfermedades cardiovasculares es significativamente mayor en los adultos mayores, debido a su vulnerabilidad relacionada con la edad.
"La incidencia de enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio, la insuficiencia cardíaca y el accidente cerebrovascular, aumenta en los adultos mayores con cáncer", concluyeron Orchard y sus colaboradores en su artículo.
Una intervención basada en el ejercicio físico también podría reducir el riesgo cardiovascular en sobrevivientes de cáncer. Estas estrategias están ganando terreno en países desarrollados como Estados Unidos, donde los pacientes sometidos a tratamientos conocidos por ser "cardiotóxicos", como la radioterapia torácica, ya reciben una atención cardiovascular más integrada.
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