De acuerdo al grado de exposición, estos pacientes van a empezar a presentar manifestaciones, algunas de irritación, pero muchas de hipersensibilidad.
Ante la advertencia de una masa de aire seco con polvo del Sahara que llegará a Puerto Rico y aumentará el índice de calor, el Dr. Rafael Zaragoza, inmunólogo y presidente de la Asociación Puertorriqueña de Médicos Alergistas, habló sobre los riesgos a los que se exponen pacientes con condiciones asmáticas y dio algunas recomendaciones para cuidar la salud durante este fenómeno natural.
A través de diferentes imágenes de satélite, se evidencia, como las tormentas están siendo más grandes y están llevando más emisiones antropogénicas que vienen a través de la nube.
“El calentamiento global ha afectado los vientos alisios que antes limpiaban esa nube más rápido, entonces esto se queda flotando por mucho más tiempo y esto tiene un aspecto irritativo que va a afectar a la gran mayoría de nosotros si nos exponemos y, también tiene un aspecto que es más alergénico para los pacientes con reactividad aumentada como asma, conjuntivitis alérgica, rinitis, rinosinusitis e inclusive dermatitis” explicó el inmunólogo
Y añadió, que de acuerdo al grado de exposición estos pacientes van a empezar a presentar manifestaciones, algunas de irritación, pero muchas de hipersensibilidad, particularmente en pacientes con problemas respiratorios del tracto alto.
Además, el Dr. Zaragoza explicó que los ojos, son una parte que queda muy expuesta y se está viendo una gran cantidad de pacientes con condiciones inflamatorias perioculares, que, a su vez, además, activan complicaciones en el tracto alto, por lo que pueden llegar a presentarse condiciones como la rinitis o casos más graves en los que llegue a afectar los pulmones.
“Durante este periodo, podemos ver más consultas de pacientes que tienen el tracto completo afectado, los senos inflamados, la rinitis y la bronquitis, traqueítis o el asma activado”, dijo a MSP.
La parte irritativa viene de donde están muchos de los compuestos orgánicos volátiles (COV), y estos bajan el lumbral de tolerancia a los pacientes para los otros tipos de alérgenos, donde puede haber polen, hongos, e inclusive vidrios de polvo.
Esta condición ambiental, no solo afecta a pacientes con alguna enfermedad preexistente, pues la parte irritativa llega a afectar a todas las personas, sin embargo, el asmático se va a afectar duramente, ya que tiende a reaccionar severamente frente a estos alérgenos, por eso, debe estar más preparado y estar pendiente a los cambios ambientales que están informando en los medios.
En un comunicado, el Departamento de Salud de Puerto Rico expresó: "No podemos bajar la guardia, porque el asma es una enfermedad crónica, o de larga duración, que no tiene cura, pero sí se puede controlar. Esta condición se caracteriza por la inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias, produciendo mayor mucosidad, lo que bloquea el paso del aire"
Además, destacaron, "las personas asmáticas, al tener sus vías respiratorias inflamadas, son más propensas a verse afectadas ante eventos ambientales como el polvo del Sahara y el aumento de esporas de hongos y polen en el verano".
Para reducir las complicaciones que se puedan presentar, el experto resaltó que se deben tener en cuenta las medidas de barrera como mascarilla y gafas, así como medidas para pre tratarse como gotas para los ojos, gotas para la nariz, para los pulmones su pompa o tratamientos antes de exponerse.
También se destacó la importancia de que los pacientes no sean reactivos sino proactivos y que traten de prevenir de manera que no se exacerben esos síntomas, adicional a ello que conozcan su plan de rescate y usen sus medicamentos de acción rápida si los síntomas aparecen.
El paciente debe minimizar la exposición externa, pre tratarse si debe salir por obligación, seguir la toma de sus medicamentos y contar con medicamentos de rescate.
Según el Sistema de Vigilancia del Programa de Asma, en Puerto Rico existen aproximadamente 582.000 niños y adolescentes y 303.623 adultos con la enfermedad del asma. Los datos reflejan que uno de cada 10 niños y uno de cada nueve adultos en Puerto Rico padece de esta condición de salud.