Las fracturas son muy comunes en la niñez. De hecho, son consideradas la cuarta lesión más común entre los niños menores de seis años.
Aunque se habla de un tema de sedentarismo en los niños y en la juventud debido a la falta de inactividad física, son muchos los niños que aún siguen disfrutando su tiempo libre para jugar y realizar deporte. Por ello, están más propensos a golpes o caídas que pueden resultar en una fractura.
Es muy diferente una fractura de un adulto al de un niño. Los huesos de los niños son más blandos y por ende tienden a curvarse o doblarse, más que a romperse completamente.
Debido a que los huesos de los niños siguen en crecimiento, estos son más vulnerables a dañar a las placas epifisiarias (placas de crecimiento) en los extremos de los huesos, las cuales regulan el crecimiento futuro. Si esta parte del hueso no sana adecuadamente después de la fractura, el hueso puede crecer con cierta inclinación o más lento que los otros huesos del cuerpo.
Distintos tipos de facturas
Cuando se producen las fracturas, estas pueden clasificarse como abiertas o cerradas. La abierta (también denominada fractura expuesta), es cuando el hueso atraviesa la piel o existe una herida profunda que deja ver el hueso a través de la piel. La fractura cerrada (también denominada fractura simple), es cuando el hueso está quebrado, pero la piel permanece intacta.
Las más frecuentes en los niños y jóvenes son:
Fractura de tallo verde: solo afecta a un lado del hueso.
Fractura en rodete o en caña de bambú: el hueso se curva hacia afuera, por un lado, sin que se rompa el otro lado del hueso.
Fractura por arrancamiento: Son las lecciones donde el ligamento hala el hueso y lo rompe. Es probablemente una fractura de tejido blando más seria porque saca el hueso, arranca lo que está firme.
Recomendaciones de los especialistas para los padres
A veces, cuando el niño tiene alguna caída o recibe un golpe profundo en las extremidades, los padres o cuidadores tienden a pensar que hubo una fractura. Para eso, el doctor Onix Reyes Martínez, cirujano ortopeda pediátrico, recomienda lo siguiente:
Antes de llevar al menor a urgencias:
1- Si el niño tiene algún trauma, lo primero que se debe hacer es mirar cómo está la articulación y mirar la estabilidad de la extremidad. Si la extremidad está deforme, lo que se debe hacer es buscar la manera de inmovilizar mientras se llega al médico.
2- Color de la piel y ver el pulso: Una fractura que no tiene pulso y no le llega la sangre a la extremidad, es una emergencia que hay que resolver inmediatamente.
Evaluación y tratamientos para una posible fractura
Según el especialista, Onix Martínez, existen 4 indicadores que ayudan a determinar si es o no una fractura:
Hinchazón
Dolor a la palpación
limitación de movimiento
Placa (exámenes)
A veces, según el doctor, las placas no logran visualizar muy bien si esto es o no una fractura, por lo tanto, se les explica a los padres o acompañantes del pequeño, que si existen alguno de estos factores, posiblemente sí exista una fractura.
¡Adiós al yeso!
Este material ha sido utilizado para inmovilizar las diferentes áreas afectadas desde hace muchos años. Sin embargo, la medicina y las diferentes terapias han avanzado, por lo tanto, los materiales para esto también.
Hoy en día se creó un dispositivo que es similar a una malla, lo suficientemente dura para mantener el hueso sin movilidad. Su utilización es muy simple: Se coloca la malla flexible en el área a inmovilizar, se rellena con resina epóxica y esta se endurecerá y brindará rigidez al área afectada.
Características de la malla flexible:
-Fuerte para sanar.
-Segura.
-Liviana en peso.
-Aprueba de agua.
-La piel respira.
-Se aplica rápidamente.
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