Existe una interacción entre el microbioma intestinal y el sistema inmunitario en la respuesta del organismo al cáncer y a las terapias utilizadas para tratarlo.
Un equipo de investigadores internacionales ha descubierto cómo los antibióticos afectan la respuesta de los pacientes oncológicos a la terapia con inhibidores de puntos de control inmunitarios. En este proceso, los antibióticos y el microbioma intestinal juegan un papel crucial.
El equipo del Gustave Roussy Cancer Campus de Francia y el Hospital Universitario de Heidelberg ha informado en la revista científica Science que los antibióticos dañan la flora intestinal, lo que altera la función de una proteína de señalización llamada MAdCAM-1. Como resultado, se produce un transporte de células inmunitarias destinadas al intestino hacia el tejido tumoral. Estas células desempeñan un papel esencial en mantener el equilibrio entre la tolerancia y la contención de las bacterias intestinales por parte del sistema inmunitario.
Se reduce el efecto de la inmunoterapia
En caso de que estas células inmunitarias ya no alcancen la mucosa intestinal debido a la falta de la proteína, permanecen en el torrente sanguíneo y son atraídas hacia el tejido circundante al tumor, donde inhiben la reacción de defensa del sistema inmunitario. Como resultado, se reduce el efecto de la inmunoterapia.
Según un comunicado emitido por las universidades, estos resultados podrían contribuir en el futuro a mejorar las posibilidades de éxito de las inmunoterapias en pacientes con cáncer mediante el fortalecimiento de la flora intestinal.
Microbioma intestinal
Durante mucho tiempo se ha reconocido que una flora intestinal alterada puede tener un impacto negativo en los tratamientos contra el cáncer. Sin embargo, en un reciente estudio publicado, los investigadores han descubierto un vínculo significativo entre el microbioma intestinal y el sistema inmunitario.
"Tras el tratamiento antibiótico, las células inmunitarias migran del intestino al tumor, que marcamos con ayuda de determinados métodos de tinción y observamos su movimiento en el organismo. La tarea de estas células T consiste normalmente en evitar reacciones de defensa excesivas en la mucosa intestinal, de modo que el contacto entre las bacterias de la flora intestinal y el sistema inmunitario no provoque de forma permanente inflamaciones no deseadas", manifestó el Dr. Conrad Rauber, investigador de Heidelberg.
Cuando la flora intestinal se debilita, se produce una migración de células inmunitarias supresoras hacia el tumor, lo cual resulta en la supresión de las reacciones de defensa.
Migración de células T
En experimentos realizados en ratones con un microbioma intestinal alterado debido a la administración de antibióticos, se han identificado dos mecanismos moleculares que promueven la migración de las células T.
En primer lugar, se observó una disminución en la liberación de quimiocinas, sustancias mensajeras que informan al sistema inmunológico sobre el contacto bacteriano, por parte de la mucosa intestinal.
En segundo lugar, se encontró una reducción en la formación de la molécula de adhesión celular a la mucosa (MAdCAM-1), la cual facilita el paso de las células T desde los vasos sanguíneos hacia la mucosa intestinal. Estos descubrimientos proporcionan una comprensión más profunda de los mecanismos detrás de la migración celular en respuesta a la alteración del microbioma intestinal.
Se minimiza el potencial antiinflamatorio
Simplificando los hallazgos, se pueden extraer las siguientes conclusiones: la administración de antibióticos parece reducir la flora intestinal a un punto en el que se disminuye el potencial inflamatorio en la mucosa intestinal y, como resultado, se reduce la disponibilidad de células T antiinflamatorias.
Esto se debe a una menor liberación de sustancias atrayentes y a una disminución en la producción de proteínas facilitadoras. Como consecuencia, las células T se encuentran en una situación donde su acceso se ve obstaculizado, lo que las hace más receptivas a las señales de otros focos inflamatorios y tejidos en el tumor. En este entorno, las células T reducen la eficacia de las terapias inmunológicas contra el cáncer.
"Nuestros resultados podrían proporcionar un enfoque concreto para evaluar si los pacientes tienen un microbioma intestinal favorable para el éxito de la inmunoterapia contra el cáncer antes de iniciar la terapia", aseguró Rauber, uno de los primeros autores del estudio junto con la Dra. Marine Fidelle.
"Aunque la aplicación clínica de estos resultados de la ciencia básica aún llevará tiempo, a largo plazo los pacientes con cáncer con un microbioma intestinal alterado podrían ser tratados, por ejemplo, con trasplantes de heces de donantes sanos para mejorar las condiciones iniciales de la inmunoterapia. En ningún caso se debería prescindir de los tratamientos antibióticos", agregó.
Según el comunicado, se está llevando a cabo un proyecto de seguimiento para explorar aún más estos hallazgos. Como parte de este proyecto, se tiene planeado iniciar un ensayo clínico en el Hospital Universitario de Heidelberg. En este ensayo clínico, se administrará un trasplante de heces a pacientes con cáncer de hígado antes de recibir la inmunoterapia, con el objetivo de mejorar la respuesta inmunitaria contra el tumor.
Fuente de consulta aquí.