Los dispositivos LLRL utilizados en la terapia superan los límites de seguridad establecidos, poniendo en riesgo la salud ocular de los pacientes.
La terapia con luz roja de baja intensidad (LLRL) ha sido promocionada como un tratamiento prometedor para controlar la progresión de la miopía, especialmente en niños. Sin embargo, un investigador en optometría de la Universidad de Houston, Estados Unidos, ha lanzado una advertencia crítica contra su uso, señalando riesgos potenciales para la retina.
Alerta por riesgos de terapia LLRL para miopía en niños
El profesor asociado Lisa Ostrin de la Facultad de Optometría de la Universidad de Houston, en una publicación para 'The College of Optometrists', recomienda encarecidamente que los profesionales reconsideren el uso de la terapia LLRL para la miopía en niños hasta que se establezcan normas de seguridad más claras.
A pesar de los informes iniciales que respaldan su eficacia, Ostrin advierte sobre la falta de investigaciones exhaustivas sobre la seguridad de esta terapia. Según sus estudios, la LLRL puede representar un riesgo de daño fotoquímico y térmico para la retina, especialmente en exposiciones prolongadas.
¿Cuánto peligro representan los dispositivos LLRL para la salud ocular en la terapia infantil?
En la terapia con LLRL, los pacientes, generalmente niños, se les indica que miren a un dispositivo emisor de luz roja durante varios minutos, varias veces al día, a lo largo de semanas o incluso años. Sin embargo, la investigación de Ostrin ha revelado que estos dispositivos superan los límites de seguridad establecidos, lo que pone en riesgo la salud ocular de los pacientes.
Además, se examinaron dos dispositivos LLRL diferentes, ambos clasificados como láseres de clase 1 según las normas internacionales. Sin embargo, según Ostrin, esto no garantiza su seguridad en la visualización continua durante el tratamiento.
Un llamado a la seguridad y a la investigación para preservar la salud ocular
El daño térmico a la retina, causado por la exposición a la luz láser, puede resultar en lesiones oculares graves y permanentes, lo que subraya la importancia de establecer pautas de seguridad claras antes de continuar con el uso generalizado de esta terapia.
Asimismo, se destaca la necesidad de una mayor investigación para comprender completamente los efectos a largo plazo de la terapia con LLRL en la salud ocular, especialmente en niños en desarrollo cuyos ojos pueden ser más susceptibles a los daños.
Por tanto, mientras la terapia con luz roja para controlar la miopía ha mostrado promesas, es crucial abordar los riesgos potenciales asociados con su uso antes de considerarla como un método de tratamiento seguro y efectivo, especialmente en poblaciones pediátricas vulnerables.
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