El test de sangre llamado myEDIT-B, busca ciertas moléculas en la sangre que indican cambios genéticos específicos asociados con el trastorno bipolar.
Un equipo del Hospital Clínic de Barcelona, bajo la dirección del doctor Eduard Vieta, está llevando a cabo un ensayo clínico para una nueva prueba que tiene el potencial de diagnosticar el trastorno bipolar mediante un análisis de sangre.
Este avance es crucial, dado que se estima que esta enfermedad afecta hasta al 2% de la población, y su diagnóstico puede ser complicado, a menudo siendo confundido con la depresión unipolar. Este tipo de confusión puede llevar a retrasos en el tratamiento que, en algunos casos, pueden durar hasta ocho años.
El trastorno bipolar se caracteriza por alteraciones extremas en el estado de ánimo, que incluyen fases de manía, hipomanía y depresión. Según el doctor Vieta, esta condición tiene un trasfondo biológico y genético, con una heredabilidad superior al 70%. La enfermedad puede manifestarse a través de varios tipos, incluidos la ciclotimia, el trastorno bipolar tipo I y tipo II, así como el trastorno esquizoafectivo de tipo bipolar.
En particular, el tipo I se presenta con episodios de manía que pueden requerir hospitalización, mientras que el tipo II se caracteriza por hipomanía y depresión, que aunque menos evidentes, pueden resultar igualmente devastadores.
Los síntomas suelen comenzar en la adolescencia o en la adultez temprana, afectando tanto a hombres como a mujeres, aunque los patrones de manifestación pueden diferir según el género.
Las mujeres son más propensas a sufrir el tipo II y a experimentar síntomas más sutiles, mientras que los hombres tienden a mostrar síntomas más evidentes y graves. Las fases de la enfermedad incluyen episodios de depresión severa y euforia, en los cuales los pacientes pueden tener una energía desmedida y poca necesidad de dormir.
El diagnóstico actual del trastorno bipolar se basa principalmente en entrevistas clínicas, lo que puede resultar en errores significativos, ya que los síntomas de las fases depresivas son similares a los de la depresión unipolar.
Durante las fases maníacas, los pacientes tienden a no buscar atención médica; es solo cuando se sienten apáticos que los signos de alerta se vuelven evidentes para su entorno. Esto puede llevar a un tratamiento inadecuado, como la administración de antidepresivos sin un estabilizador del ánimo, lo que puede agravar la condición.
Para abordar estos problemas, se ha desarrollado un nuevo test de sangre llamado myEDIT-B, que busca identificar cambios genéticos asociados con el trastorno bipolar.
Este test ya está disponible en países como Italia y Francia, y se espera que tenga una precisión superior al 80%. El objetivo es aumentar esta precisión al 90%, lo que facilitaría un diagnóstico más temprano y una intervención más eficaz.
A medida que la investigación avanza, se espera que el reconocimiento y la aceptación del trastorno bipolar en la sociedad también mejoren, contribuyendo a eliminar el estigma asociado con las enfermedades mentales.
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