En los niños, la alimentación juega un papel crucial dentro de los principales factores que detonan brotes severos de dermatitis.
Si bien es cierto que la dermatitis atópica se caracteriza por la aparición de lesiones cutáneas, resequedad, inflamación y picazón, estos síntomas no se manifiestan de la misma forma en todos los pacientes, aunque la enfermedad tiene detonantes ya establecidos.
Para ahondar más en este tema, la Dra. Vylma Velázquez, alergista inmunóloga, expresó que uno de los principales focos en el diagnóstico de los pacientes, son los factores a los que el paciente se encuentra expuestos que van a exacerbar la condición.
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En el desarrollo de esta condición, entran en juego múltiples factores como la genética. De hecho, se estima que "si ambos padres tienen algo de alergia, ese paciente puede tener hasta un 80% de probabilidades de tenerla, así que nos fijamos mucho si los papás tienen atopia, dermatitis atópica, rinitis u otro tipo de alergia".
Esto, conocido como marcha atópica, o alérgica, hace referencia a la progresión de la enfermedad alérgica desde la sensibilización, hasta la manifestación de diferentes síntomas. En estos casos, la dermatitis atópica suele ser la primera manifestación, seguida de otras enfermedades como el asma, alergia a los alimentos y rinitis alérgica.
"Vemos que los síntomas de dermatitis atópica y alergias a las comidas, empiezan juntos", expresó.
Inicialmente, dentro de los detonantes alérgicos, en primer lugar se encuentran las alergias alimentarias: una tercera parte de los pacientes que tienen dermatitis atópica, sea moderada a severa, tienen alergia a algún tipo de alimento. Y entre peor sean las manifestaciones de la dermatitis atópica, mayores son las probabilidades de que tenga alergia a algún alimento".
Y si bien es cierto que gran parte de estas alergias alimentarias se superan, específicamente en la infancia, hay algunos alimentos que el paciente no podrá tolerar, como el maní, las nueces, el pescado y los crustáceos.
Por otro lado, en términos de factores ambientales, los ácaros constituyen la principal causa de exacerbaciones de dermatitis, acumulados en colchones, almohadas, cortinas, alfombras, ropa y más.
"Todo esto es un ciclo. La persona es alérgica, tiene el contacto, produce unas sustancias que dan inflamación, y por ende, cae en el picor, en el rascado y todo lo demás".
Asimismo, dentro de los factores alérgicos se encuentra el polen, las esporas de hongo y las alergias a las mascotas.
El estrés, si bien no causa alergia, los mecanismos mediante los que actúa van a exacerbar las reacciones alérgicas. "Si a mí se me quita el estrés, no se me quita la alergia. Si se me quita el estrés, mis ataques de alergia van a bajar".
A su vez, y específicamente en las mujeres, los cambios hormonales también influyen fuertemente en la frecuencia y severidad de los brotes de dermatitis atópica. "Veo urticaria y exacerbaciones de dermatitis atópica con cambios menstruales en los pacientes, y debemos estar pendientes de eso".
De otro modo, el calor y el sudor, son factores que los atópicos que tienen enfermedades de la piel, no pueden tolerar. De hecho, la práctica de ejercicio en estos pacientes se dificulta, porque el sudor les genera ardor. "Son cosas que el paciente puede hacer, y les genera más picor".