Ante el aumento en un 63 % de los contagios, la Organización Mundial de la Salud vigila la circulación de 7 subvariantes en total.
Los casos de COVID-19 volvieron a aumentar en todo el mundo. En el último informe de la semana de la Organización Mundial de la Salud, se reportaron cerca de 1.5 millones de casos confirmados y más de 2 mil muertes.
Las estadísticas reflejan que aumentaron los casos en un 63 %, sin embargo, disminuyeron los fallecimientos en un 48 % comparados con el mes anterior.
"El COVID-19 sigue siendo una amenaza importante. La OMS insta a los Estados Miembros a que mantengan, y no desmantelen, su infraestructura establecida en relación con el COVID-19?, afirman los expertos.
Las variantes estarían detrás del aumento en los contagios
El aumento de casos de COVID se ha relacionado con los sublinajes de la variante Ómicron que está predominando en la transmisión del virus. Actualmente, la OMS está rastreando tres sublinajes en su categoría "variante de interés": XBB.1.5, XBB.1.16 y EG.5. Esta última se conoce como Eris. También tiene otros 7 sublinajes en seguimiento, una de ella es BA.2.86, que algunos expertos llamaron Pirola.
Hasta el 23 de agosto, solo se contaba con 9 secuencias de esta variante procedentes de cinco países que se han cargado en la plataforma GISAID. Hasta la fecha, no se ha notificado a la OMS ninguna muerte entre los casos detectados con Pirola.
"Esta variante con muchas mutaciones ha aparecido en muchos lugares ahora, en un momento en que la vigilancia genómica y de las aguas residuales está muy disminuida en todo el mundo", afirmó el científico Eric Topol, fundador y director del Instituto Traslacional de Investigación Scripps.
Países donde se han reportados casos con la nueva subvariante
El sublinaje Pirola se ha detectado en Israel, Dinamarca (3 individuos), Reino Unido, Estados Unidos (en 2 personas, uno procedente de Japón) y Sudáfrica.
Pirola (BA.2.86) se destaca en el árbol genealógico de las variantes por lo mucho que se ha transformado. Presenta más de 30 mutaciones en su proteína Espiga, la parte del virus que atraviesa la célula y que las vacunas entrenan al organismo para combatir. Los expertos creen que los anticuerpos generados por la infección con variantes anteriores tendrán dificultades para reconocer al nuevo sublinaje.
El Dr. Jorge Geffner, director interino del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (INBIRS), afirmó que "llama la atención el número de mutaciones y por eso está bien en que le haga un monitoreo global. Pero los datos aún son muy preliminares. Habrá que ver cómo impactan estas mutaciones de BA.2.86 sobre su comportamiento biológico. Esto es sobre su capacidad infecciosa, su transmisibilidad, su capacidad para evadir la respuesta inmune y gravedad de la enfermedad que provoca. Necesitamos más datos".
La variante "podría no solo evadir a los anticuerpos, sino también la respuesta de la memoria por células T. Esta última respuesta es la que media en la protección contra los cuadros graves", señaló. "Por eso, sería preocupante que el virus logre evadir de manera eficiente la respuesta T. Esto es muy difícil de predecir", agregó.
Como medidas, Geffner insistió en que "no hay que abandonar el monitoreo de las subvariantes que circulan. Si bien los cuadros graves y la mortalidad bajaron con respecto a los años anteriores, gracias a la vacunación, hoy en esta etapa de la pandemia se deberían hacer testeos en algunas instituciones hospitalarias importantes para saber qué porcentaje de los cuadros respiratorios son por el coronavirus".
También aconsejó que "se debería hacer más monitoreo de aguas residuales en las comunidades, para rastrear al coronavirus, que ya nos ha dado sorpresas desagradables. Hay que seguir estudiando al coronavirus en todo el mundo con rigurosidad".
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