Los suicidios, en cualquier circunstancia que se presenten, son prevenibles pero en menores aún más. La clave es atender los cambios de conducta repentinos en la infancia y adolescencia.
El suicidio es considerado uno de los principales problemas de salud pública que afecta fuertemente a los Estados Unidos, pues se trata de la segunda causa de muerte entre la población de los 10 a 34 años.
En Puerto Rico el panorama no es muy distinto, pues según datos del Departamento de Salud, es la tercera causa de muerte violenta, y se cree que cada 29 horas se produce un fallecimiento por este motivo.
Para analizar esta situación, específicamente en menores, la Revista Medicina y Salud Pública conversó con la Dra. Patricia L. Landers Santiago, Presidenta de la Asociación de psicología de Puerto Rico, quien aseguró que hay una crisis de salud pública respecto a este tema desde hace tiempo.
"Estamos hablando de una crisis de salud mental, específicamente, que estamos viendo manifestada en nuestra niñez y adolescencia".
Vea el programa completo aquí.
Prevención de ideación suicida
En días pasados, la isla se conmocionó con la noticia del fallecimiento de dos menores de edad en Ponce, de 15 y 13 años de edad. A pesar de que no hay una conexión evidente entre ambos casos, la especialista sostiene que estas situaciones son prevenibles y que se debe prestar atención a cualquier comportamiento distinto que veamos en los niños.
"Una primera señal siempre es un cambio en la conducta. El menor que usualmente participa en actividades de la escuela, está muy activo presentan cambios como que está más sensible, se vuelven contestones, apáticos, no quieren participar, empiezan a hacer expresiones negativas, bajan las notas; estas son señales simples y sencillas que usualmente es por donde se empiezan a evidenciar que algo está pasando".
El rechazo al ambiente escolar, la evasión a las actividades que antes disfrutaban, los cambios en los patrones de alimentación y el sueño, así como cambios en el estado de ánimo son algunas de las señales más comunes a las que podemos prestar atención.
"Son señales que nos pueden dar indicios, no necesariamente de que sea un problema serio de salud mental, pero sí es una manera de expresar o comunicar que algo les molesta, o que están tratando de lidiar con algo que se les hace complicado".
¿Por qué cada vez más jóvenes recurren a esta ´solución´?
"Nosotros hablamos de esto hace algún tiempo, y dijimos que, según la literatura y las estadísticas, los niños y las niñas no se suicidan. Esto es algo totalmente atípico. Y es tan triste pensar que entre todas las alternativas que pudo haber pensado ese niño, el atentar contra su vida y, eventualmente cometer el acto de suicidio, haya sido la única alternativa que hayan encontrado".
Según la especialista, justamente esto es lo que ha llamado la atención de estos casos, y ha llevado a cuestionar sobre la educación en torno al manejo de situaciones y emociones que se imparte a los niños.
"Esto es una señal de cuánto estamos enseñando a nuestra niñez a manejar situaciones, cuánto estamos educando a nuestra niñez en destrezas de manejo de conflictos, de situaciones estresantes, del manejo del coraje y de la frustración. Esto es una señal de que quizás no encontró otra alternativa, o que la que encontró no le funcionaron y decidió, drásticamente, tomar esta decisión".
Impacto de la violencia en televisión y videojuegos sobre la percepción de la muerte
Con el implemento de las nuevas tecnologías, muchas de ellas con alto contenido violento para los niños, puede ser que haya una alteración de lo que un menor puede considerar ´muerte´ y lo que no.
"A veces lo ven superficialmente por las experiencias con los juegos y por verlo desde una perspectiva más concreta, como ´eso no me pasa a mí´, ´eso solo es ficción´. Va a depender mucho de la madurez y de la exposición que tengan al tema, ya sea por parte de sus padres, familiares o maestros".
Impacto de expresiones como "me quiero morir" o "me quiero matar"
Cada vez es más común el uso de expresiones con referencias a actos suicidas frente a situaciones que incomodan a los jóvenes, específicamente en redes sociales, como muestra de rechazo. Sin embargo, ¿pueden ser consideradas una señal de un trastorno mental adyacente como la depresión?
"Mi experiencia ha sido que muchos y muchas no tienen esa conciencia, porque lo vemos desde la niñez, juventud, hasta los primeros años universitarios que hablan de ´yo me quiero morir´, como alternativa para cualquier cosa que les pasa, y hay veces que cuando exploramos, y le decimos ´¿tú te refieres a morir de no existir más, de que hagamos un velorio y te enterremos?´, responden que no. Así que a veces estas expresiones vienen como una manera de manejar estresores y situaciones frustrantes".