Los pacientes mostraron una mejora significativa en su calidad de vida, incluyendo la recuperación de la memoria y la capacidad de realizar tareas cotidianas.
En el año 2001, la vida de Gina Arata, una estudiante universitaria californiana, dio un vuelco trágico tras sufrir un accidente de tráfico que dejó secuelas neurológicas devastadoras. Dos décadas después, gracias a un proyecto de la Universidad de Stanford, Gina y otros cuatro pacientes han experimentado una notable recuperación de sus capacidades cognitivas mediante un innovador implante neuronal.
La historia de Gina Arata: Un viaje de desafíos y esperanza
Después del accidente, Gina experimentó pérdida total de memoria, problemas de coordinación y dificultades en el control emocional. Abandonó sus estudios y luchó por mantener un trabajo.
Así pues, la oportunidad de participar en un ensayo con implantes neurológicos en la Universidad de Stanford se convirtió en un rayo de esperanza. Bajo la dirección del profesor Jaimie Henderson, conocido por devolver la capacidad de comunicación a pacientes con ELA mediante implantes cerebrales, Gina fue intervenida en 2018.
El implante neuronal
El dispositivo implantado estaba programado para reemplazar los impulsos eléctricos dañados por el accidente, restableciendo las conexiones necesarias para las funciones cognitivas.
Como parte de la prueba, a Gina se le pidió que enumerara frutas y verduras, una tarea que realizó sin problemas mientras los implantes estaban activos. Sin embargo, al desactivar los implantes, olvidó la lista por completo.
Desde entonces, la calidad de vida de Gina y los otros participantes ha mejorado significativamente. Gina comparte su experiencia: "Ya no me ponen multas de velocidad. He recuperado autonomía. Puedo recordar cuánto dinero tengo en la cuenta. Recordé cómo leer y corrí a comprar un libro nuevo. Lo leí, me encantó, lo recuerdo. Y ya no tengo un mal carácter".
El descubrimiento publicado en Nature Medicine
El último número de Nature Medicine presenta la descripción detallada de esta innovadora técnica. El profesor Henderson destaca la importancia de esta investigación, especialmente considerando la escasez de recursos para tratar a pacientes con lesiones neurológicas.
Dicho lo anterior, los pacientes que emergieron del coma mostraron una recuperación considerable de funciones cognitivas, sugiriendo la preservación de ciertos mecanismos cerebrales.
Región común: El tálamo
La investigación se centró en el tálamo, una región cerebral que actúa como "estación repetidora," reenviando señales a lo largo del córtex, la capa externa del cerebro responsable de funciones cognitivas avanzadas. Aunque estas conexiones estaban en gran medida intactas, se habían desregulado. La estimulación de esta región mediante el implante neuronal demostró ser efectiva para reactivar las conexiones perdidas.
Desafíos y logros de la investigación
La elección precisa del lugar de inserción del implante presentó desafíos, ya que cada cerebro tiene una configuración única, complicada aún más por las lesiones sufridas por los participantes.
De esta manera, se crearon modelos virtuales de cada paciente para identificar la ubicación óptima y el nivel de estimulación para activar el núcleo central lateral del tálamo.
Resultados positivos
Después de la implantación, los pacientes activaron sus dispositivos durante doce horas diarias durante los primeros tres meses. Se registraron mejoras significativas en la velocidad de procesamiento mental, superando las expectativas de los investigadores. En la vida diaria, los participantes retomaron actividades previamente imposibles, como leer, ver televisión, jugar videojuegos y completar tareas.
Un paso pionero hacia la terapia
Nicholas Schiff, coautor del trabajo y profesor de Medicina en la Universidad de Cornell, destaca este momento como "pionero". El objetivo ahora es transformar este ensayo en terapia, aprovechando los resultados alentadores. Schiff concluye: "Los indicios son lo suficientemente fuertes como para que hagamos todos los esfuerzos en nuestra mano". Este avance abre nuevas posibilidades para mejorar la calidad de vida de aquellos que sufren lesiones neurológicas.
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