Desarrollan terapia que reduce la inflamación de la dermatitis atópica infantil y frena el asma

Investigadores logran reducir la inflamación cutánea y la gravedad del asma en un modelo experimental de la llamada "marcha atópica" a partir de un modelo experimental tópico en roedores.

Laura Guio

    Desarrollan terapia que reduce la inflamación de la dermatitis atópica infantil y frena el asma

    Un nuevo estudio publicado en la Journal of Investigative Dermatology revela un tratamiento prometedor para el eccema infantil, que además podría mitigar el desarrollo posterior de asma

    El hallazgo proviene de un equipo de científicos de la Universidad de Gante, en Bélgica, quienes investigaron los mecanismos de la "marcha atópica", un fenómeno que relaciona el eccema en la infancia con el desarrollo posterior de asma o rinitis alérgica.

    Una condición común, pero compleja

    La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta entre el 15 % y el 20 % de los niños y entre el 1 % y el 3 % de los adultos a nivel global. En Estados Unidos, se estima que entre el 10 % y el 20 % de los niños menores de 10 años la padecen, lo que equivale a unos 28 millones de personas afectadas en total.

    En muchos casos, los bebés o niños pequeños que desarrollan eccema pueden presentar posteriormente otras enfermedades alérgicas, como rinitis alérgica o asma. Este patrón de progresión, denominado "marcha atópica", ha intrigado durante años a la comunidad médica, que busca comprender sus mecanismos y, especialmente, formas de prevenirla.

    Estudio experimental con resultados alentadores

    Con el objetivo de explorar posibles tratamientos que interrumpan esta progresión, un equipo de científicos diseñó un modelo en ratones que reproduce la marcha atópica. Los animales fueron expuestos de forma repetida a ácaros del polvo —conocidos desencadenantes tanto del eccema como del asma— tanto a través de la piel como por vía respiratoria.

    Los investigadores, liderados por la doctora Julie Deckers y los profesores Karolien De Bosscher y Hamida Hammad, aplicaron tópicamente una combinación de dos compuestos antiinflamatorios: glucocorticoides y agonistas del receptor gamma activado por proliferadores de peroxisomas (PPAR-?).

    La combinación de ambos compuestos redujo significativamente la inflamación cutánea y, aunque no evitó completamente la aparición del asma, sí disminuyó su severidad al modular la respuesta inmune en los pulmones, particularmente la acción de las células T helper 17.

    Resultados prometedores en la reducción de síntomas

    Los resultados fueron contundentes: la aplicación tópica combinada de ambos compuestos redujo significativamente la inflamación de la piel en comparación con el uso individual de cada uno. Además, si bien el tratamiento no logró evitar por completo la aparición del asma en los ratones, sí logró disminuir su gravedad.

    La clave de este efecto parece estar en la modulación de un tipo específico de célula inmunitaria: las células T helper 17 (Th17), asociadas a respuestas inflamatorias. Al intervenir sobre esta vía inmunológica, la terapia logró contrarrestar parcialmente la inflamación pulmonar inducida por los ácaros.

    "Nuestro estudio mostró que la inflamación cutánea inducida por ácaros del polvo conduce a una inflamación alérgica más severa en las vías respiratorias", explicó la Dra. Deckers. 

    Los investigadores planean avanzar hacia ensayos clínicos en humanos para evaluar la seguridad y eficacia de esta terapia combinada. También buscan desarrollar tratamientos más específicos que puedan frenar completamente la progresión del eccema al asma.




    Más noticias de Dermatología