El tejido ovárico ectópico es una entidad inusual, especialmente si se trata de un hallazgo aislado que se piensa que es de origen embriológico.
En el caso presentado por los especialistas estos encontraron que una niña de once años con obesidad mórbida presentó con dolor en el costado izquierdo, menstruaciones irregulares y náuseas y luego de varios procedimientos diagnósticos, se reveló que la paciente tenía un gran quiste ovárico.
El tratamiento aplicado fue una resección quirúrgica, y determinaron que la masa resecada no era de origen tubárico como se sospechaba, sino un cistoadenoma seroso derivado del tejido ovárico.
Un cistoadenoma seroso es un tipo de tumor ovárico no canceroso muy común. Se desarrolla a partir de las células de la superficie del ovario y pueden crecer hasta alcanzar un tamaño muy grande y, como resultado, pueden causar síntomas importantes en muchos pacientes.
En la literatura médica se señala que la incidencia del tejido ovárico ectópico es tan extraña que su reporte es de 1 en 29.000 y de 1 en 700.000 ingresos ginecológicos, aproximadamente.
El caso de la autoría de médicos puertorriqueños representa lo denominado como ovario accesorio, de acuerdo con los criterios de Wharton, dada su ubicación anexial, así como un riego sanguíneo continuo con la trompa de Falopio.
La histología de la masa resecada muestra un folículo de Graaf y un revestimiento interno de epitelio cilíndrico ciliado, compatible con un cistoadenoma benigno derivado del tejido ovárico.
Esto hizo suponer que se trata de un tejido que es embriológicamente ectópico, para hacer referencia a la nomenclatura de Lachman, debido a la ausencia de cirugía o enfermedad pélvica o abdominal previa; también es significativa la apariencia suave y atraumática de los ovarios eutópicos en la laparotomía.
"Hasta donde se sabe, este es el segundo informe de un cistoadenoma seroso que surge de un ovario accesorio o supernumerario, y se encuentra entre las masas más grandes reportadas", describe el documento publicado en BMC, Journal of Medical Case Report.
La descripción realizada por los médicos indica que un cistoadenoma seroso gigante que surge de un ovario accesorio. "En el caso presentado, la paciente también manifestó una disminución en la frecuencia urinaria", precisaron en la investigación.
Otros elementos del caso reflejados por la paciente es que no presentó disuria, fiebre, hematuria o heces sanguinolentas. Además, los antecedentes médicos y familiares eran triviales. La paciente tampoco tenía antecedentes de hospitalizaciones, cirugías o enfermedades crónicas.
La paciente tuvo su menarquía a los diez años, y siguió con ciclos irregulares, cada cuarenta o cincuenta días, y con un flujo muy abundante. "El examen físico arrojó que la adolescente padecía de obesidad mórbida con un Índice de Masa Corporal de 42. Su abdomen era blando y depresible, sin identificar masas a la palpación, describen.
Se realizaron varios estudios de imágenes, incluida una ecografía pélvica, en los que se identificó una lesión quística de 18,7 cm × 10,0 cm × 15,4 cm que se extendía hacia el abdomen, hasta aproximadamente el nivel del ombligo.
Se ordenaron dos estudios de resonancia magnética que arrojaron una gran estructura quística que parecía originarse en los anexos derechos, lo que sugería un tumor de ovario.
Los especialistas indicaron que la corta edad del paciente y su impresionante peso son características inusuales de este caso. "Hasta donde sabemos, solo ha habido cinco casos informados previamente de ovarios adicionales diagnosticados en niños menores de dieciocho años", recalcaron.
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