Los avances en cirugía vascular periférica para abordar las arterias obstruidas son claves en la actualidad para atender la salud cardiovascular.
En el complejo escenario de la salud vascular, el Dr. Carlos Vasquez Sosa, cardiólogo intervencional y periferovascular, se erige como una de las autoridades destacadas en Puerto Rico. Durante una entrevista exclusiva para RevistaMSP, conversamos con el especialista sobre la enfermedad en las arterias periféricas, con énfasis en la insidiosa presencia de la aterosclerosis en los miembros, predominantemente, inferiores.
La claudicación intermitente es una sensación de dolor o molestia en las piernas durante la actividad física, como caminar, que se alivia con el reposo. Este malestar suele localizarse en las pantorrillas, aunque también puede manifestarse en otras áreas como los pies, muslos, caderas, glúteos o, en casos raros, los brazos.
La también conocida como aterosclerosis periférica, puede deslizarse sigilosamente, siendo asintomática en algunos casos o manifestándose a través de la claudicación intermitente; sin embargo, cuando la enfermedad alcanza un estadio grave, el panorama se torna desolador, dando paso a dolores en reposo acompañados de atrofia cutánea, alopecia, úlceras isquémicas y, en casos extremos, la aparición de gangrena.
A pesar de los desafíos que presenta esta enfermedad, el Dr. Vásquez destaca que: "Si bien es alta la tasa de mortalidad asociada a la enfermedad arterial periférica, se debe tener en cuenta el abordaje holístico de la salud vascular, considerando no sólo los síntomas periféricos sino también evaluando la salud cardiovascular en su conjunto, con el fin de convertirse en un factor clave para mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes.
"Este trastorno cardiovascular representa entre el 67% y 68% de mortalidad en un periodo de 5 años, que en promedio, resulta una mortalidad anual del 25%, es decir 1 de cada 4 personas", aseguró Vásquez.
En este sentido, el llamado a la conciencia sobre la importancia de la prevención y la detección temprana se torna imperativo. La educación acerca de los factores de riesgo, la promoción de estilos de vida saludables y la realización periódica de chequeos médicos son elementos esenciales en la lucha contra la enfermedad arterial periférica y es donde el Dr. Vásquez habla de la cirugía endovascular para tratar este trastorno.
La cirugía vascular periférica emerge como un procedimiento ambulatorio de vanguardia y mínimamente invasivo, destinado a combatir la enfermedad de la arteria periférica, conocida por la acumulación de placa, o aterosclerosis. Allí se destaca que el propósito primordial de esta intervención es restaurar el flujo sanguíneo en las extremidades inferiores debido a la amenaza de amputación.
Durante este procedimiento, el paciente recibe anestesia, lo que minimiza la incomodidad y el dolor; en el caso de la anestesia local, se proporciona al paciente para aliviar cualquier molestia mientras se inserta el catéter, ya sea en la ingle o el brazo. En este escenario, el paciente permanece despierto, colaborando con el equipo médico y siguiendo las instrucciones del cirujano.
Por otro lado, la anestesia general se contempla en situaciones donde el paciente no estará consciente durante el procedimiento, allí la duración del procedimiento varía siendo posible que se extienda desde unos breves 30 minutos hasta varias horas, en función de la complejidad del caso. Estos avances en la cirugía vascular periférica no sólo apuntan a tratar la enfermedad arterial periférica, sino también a mejorar la calidad de vida de los pacientes, marcando un hito en la evolución de las intervenciones médicas de rutina.
Como en todo procedimiento médico, la intervención vascular periférica no está exenta de riesgos y complicaciones que requieren una atención detallada. Entre los posibles desafíos que podrían surgir, destacan los siguientes:
1. Reacciones alérgicas al medio de contraste
2. Sangrado o infección en el sitio de la punción
3. Estrechamiento recurrente de la arteria
Es esencial que los pacientes estén plenamente informados sobre estos riesgos antes de someterse a la intervención vascular periférica; el diálogo abierto con el equipo médico, la comprensión de los posibles escenarios y el seguimiento postoperatorio son elementos clave para abordar estos riesgos y complicaciones de manera efectiva.