El adelgazamiento de la retina, el revestimiento de las células nerviosas en la parte posterior del ojo, está relacionado con la pérdida de células cerebrales que producen dopamina
El adelgazamiento de la retina, el revestimiento de las células nerviosas en la parte posterior del ojo, está relacionado con la pérdida de células cerebrales que producen dopamina, una sustancia que ayuda a controlar el movimiento, la razón principal por la que comienza el párkinson, según un estudio de la Academia Americana de Neurología.
"Nuestro estudio es el primero en mostrar un vínculo entre el adelgazamiento de la retina y un signo conocido de la progresión de la enfermedad: la pérdida de células cerebrales que producen dopamina", ha señalado el autor del estudio Jee-Young Lee, del Gobierno Metropolitano de Seúl, y del Centro Médico Boramae de la Universidad Nacional de Seúl en Corea del Sur.
A su vez, los investigadores también han descubierto que cuanto más delgada es la retina, mayor es la gravedad de la enfermedad. "Estos descubrimientos pueden significar que los neurólogos eventualmente podrán usar un simple escáner de ojo para detectar el párkinson en sus etapas iniciales, antes de que comiencen los problemas con el movimiento", ha especificado Young Lee.
El estudio incluyó a 49 personas con una edad promedio de 69 años que fueron diagnosticadas con párkinson un promedio de dos años antes, pero que aún no habían comenzado la medicación. Asimismo, fueron comparados con 54 personas sin la enfermedad que fueron emparejadas por edad.
Los investigadores evaluaron a cada participante del estudio con un examen ocular completo, así como exploraciones oculares de alta resolución que utilizan ondas de luz para tomar imágenes de cada capa de la retina. Además, 28 de los participantes con párkinson también tenían imágenes de tomografía por emisión de positrones (PET) transportadora de dopamina para medir la densidad de las células productoras de dopamina en el cerebro.
A raíz de ello, han hallado que un adelgazamiento de la retina, sobre todo en las dos capas internas de las cinco capas de la retina, en aquellos con párkinson. Por ejemplo, para aquellos con la enfermedad, la capa más interna de la retina en una sección del ojo tenía un grosor promedio de 35 micrómetros en comparación con un grosor promedio de 37 micrómetros para los que no padecían la enfermedad.
Además, el adelgazamiento de la retina se correspondía con la pérdida de células cerebrales que producen dopamina. También se correspondía con la gravedad de la enfermedad. Cuando la discapacidad de la enfermedad se mide en una escala de uno a cinco, las personas con la mayor parte del adelgazamiento de la retina, o grosor de menos de 30 micrómetros, tuvieron puntajes promedio ligeramente superiores a dos, mientras que las personas con menos adelgazamiento o grosor de alrededor de 47 micrómetros, tuvieron puntajes promedio de alrededor de 1,5.
"Se necesitan estudios más amplios para confirmar nuestros hallazgos y determinar por qué están vinculados el adelgazamiento de la retina y la pérdida de células productoras de dopamina. Si se confirma, los escáneres de retina no solo permitirán un tratamiento más temprano dl párkinson sino también un control más preciso de los tratamientos que también podrían retrasar la progresión de la enfermedad", ha concluido Lee.