En Puerto Rico, la principal causa del hipotiroidismo, es la tiroiditis de Hashimoto, mientras que en otros países es la deficiencia de yodo.
La intolerancia al frío, cambios en la estructura del cabello, síntomas de depresión, fatiga o aumento de peso son algunos de los síntomas más comunes del hipotiroidismo, una condición prevalente en Puerto Rico en el que hay una alteración en los niveles producidos de la hormona estimulante de la tiroides (TSH).
Desde la Convención de la Sociedad Puertorriqueña de Endocrinología y Diabetología, SPED, la Dra. Leticia Hernández, su presidente, explicó a la Revista Medicina y Salud Pública que esta condición es más común en pacientes que desarrollan enfermedades autoinmunes.
"El hipotiroidismo es más común cuando tenemos otras condiciones autoinmunes, como por ejemplo, la diabetes tipo 1", explicó. "También hay medicamentos que pueden incidir en el desarrollo del hipotiroidismo, como algunos de los que se utilizan para controlar el ritmo del corazón, y estamos viendo que hay algunos tratamientos de cáncer que pueden producir trastornos endocrinos".
Según la especialista, en Puerto Rico, es más frecuente que el hipotiroidismo se desarrolle en personas con tiroiditis de Hashimoto, una condición que desmejora el funcionamiento de la tiroides progresivamente.
Sin embargo, aclaró, que ser diagnosticado con tiroiditis de Hashimoto no asegura un futuro diagnóstico de hipotiroidismo.
"Yo puedo tener anticuerpos positivos toda mi vida, y en la mayoría de los casos, yo no voy a desarrollar hipotiroidismo".
Dentro de las condiciones autoinmunes que pueden facilitar el desarrollo del hipotiroidismo, además de la diabetes tipo 1, está el lupus. Y en los factores de riesgo, se encuentran la exposición previa a radiación en el cuello, así como la administración de medicamentos cuyos efectos secundarios involucren la tiroides.
La Asociación Americana de la Tiroides recomienda el reemplazo de la hormona que el cuerpo ya no puede producir, en este caso, la T4, pues los los óptimos niveles hormonales modulan importantes funciones del organismo, como los latidos cardíacos, el estado anímico, el control de la temperatura corporal, la rapidez del metabolismo, entre otros.
"Incluso, los movimientos del intestino son modulados por hormonas tiroideas. Uno de los síntomas que podemos presentar, por ejemplo, es estreñimiento que también es una señal de alerta de que podemos tener un problema de hipotiroidismo".
En términos del tratamiento, mencionó, el factor más importante a tener en cuenta, es el peso del paciente, pues con base en esto, los profesionales calculan la dosis exacta de la hormona de reemplazo de tiroides.
"Usualmente damos 1.6 microgramos por cada kilogramo de peso de la persona, pero hacemos unos laboratorios de la prueba del TSH y vamos ajustando esa dosis porque no todas las personas van a responder. Hay personas que tienen una función residual y necesitan dosis más bajas del medicamento", señaló.
En el caso de los adultos mayores que son diagnosticados con hipotiroidismo, por ejemplo, sugiere no tratar tal como se trataría a una persona más joven, porque la población envejeciente tiene un mayor riesgo de complicaciones.
"Cuando damos un exceso de hormona de la tiroides, estimulamos una pérdida de hueso acelerada. Así que yo si yo tengo una persona con riesgo de osteoporosis, debo ser menos agresivo en esa meta de niveles de TSH que yo quiero para esa persona".
Si bien es cierto que hay una relación fisiológica entre el aumento de peso corporal y el hipotiroidismo, el estilo de vida no aumenta el riesgo de desarrollar la condición directamente. Aún así, la especialista recomienda a los pacientes llevar una dieta saludable y realizar ejercicio, para prevenir el sobrepeso y la diabetes tipo 2, que sí aumentan el riesgo de padecerlo.
"Es importante que hagamos estas modificaciones porque, muchas veces, podemos confundir factores relacionados a nuestro estilo de vida con síntomas de hipotiroidismo, y vamos al médico pero nuestros niveles de tsh están adecuados para nuestra edad, sin embargo tenemos síntomas".
La principal diferencia entre estos dos tipos de hipotiroidismo, radica en los niveles de TSH y las hormonas tiroideas T3 y T4 en la sangre, así como la ausencia o presencia de síntomas clínicos significativos.
El hipotiroidismo subclínico, implica niveles elevados de TSH con niveles normales de T3 y T4, mientras que el hipotiroidismo franco involucra niveles anormales de ambas hormonas con signos mucho más notorios.
"Tenemos también que distinguir cuando se requiere tratamiento y cuando no", sugirió. "Incluso, en el hipotiroidismo subclínico, al 60% de los pacientes a los 2 años, sin ningún tipo de intervención, se le normalizan los niveles de TSH".
En esta ocasión, la Dra. Hernández mencionó que dentro de la Convención espera que sea compartida información relevante e innovadora sobre las nuevas guías para el manejo de los nódulos tiroideos, antes de que sean publicadas.
"Estamos súper emocionados y estamos ansiosos por recibir esa información nueva sobre cómo va a cambiar el diagnóstico y el manejo de los nódulos tiroideos y del cáncer diferenciado de tiroides".
