Los pacientes con psoriasis enfrentan una condición crónica de la piel que puede afectar su calidad de vida.
Los pacientes que sufren de psoriasis enfrentan una condición crónica de la piel que puede afectar de manera significativa su bienestar. Aunque no existe una cura definitiva, hay tratamientos disponibles para controlar los síntomas, lo que contribuye a mejorar su calidad de vida diaria y a sobrellevar mejor esta afección cutánea.
Silvia Cordero, una mujer de 46 años, es paciente de psoriasis y ha tenido que vivir con esta enfermedad desde muy corta edad, "mi diagnóstico fue cuando tenía cuatro o cinco años y estábamos atravesando diferentes circunstancias en nuestra familia, yo tenía conocimiento que mi familia paterna padecía de psoriasis", recordó.
Sus primeras lesiones
Cuando ocurrió la primera lesión en su pierna, Silvia se sorprendió y se preguntó si también podría tener psoriasis. Sus padres, preocupados, buscaron rápidamente ayuda y decidieron dirigirse hacia San Juan en busca de un tratamiento.
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"Yo venía de Ponce para recibir ese tratamiento, en ese entonces, el doctor me indicó que había que remover todas las laceraciones o reducirlas con cremas, así no me tenía que sentar por las tardes a sacarme todo en mi cabeza, quedando literalmente llena de sangre", contó Cordero.
Los tratamientos iniciales no fueron efectivos
En aquella época, intentar quitar las lesiones causadas por la psoriasis era lo que se recomendaba como forma de lidiar con esta condición. Sin embargo, este tipo de tratamiento no dio buenos resultados para Silvia, lo que la llevó a tener que regresar a Ponce.
"Allí poco a poco fuimos sacando diferentes tipos de medicamentos, que en algunos casos eran efectivos, otros no, pero controlaban la condición", agregó.
Ha pasado por varias crisis de la enfermedad
Cordero hizo memoria que cuando ingresó a la universidad en el Centro Universitario de Mayagüez, su psoriasis se exacerbó a un nivel catastrófico, lo que le impedía llevar a cabo muchas de las actividades que solía hacer, lo que la llevó a recibir un nuevo tratamiento.
"Tuvimos que canalizarla con ayuda de coloterapia y muchos medicamentos tópicos y comenzamos a sentir lo que realmente era trabajar la situación controlar la psoriasis y aceptarla, tanto así que empecé a ser portadora cuando veo a pacientes que se cohíben, soy la que les digo, 'no te limita, tú la controlas", expresó.
Silvia expresa que es consciente de que enfrentar la psoriasis es como vivir un subibaja de emociones, ya que hay momentos en los que se vuelve difícil de sobrellevar. En su experiencia, considera que es fundamental contar con educación y empatía, tanto por parte de los profesionales de la salud como de la sociedad en general, para poder enfrentar de mejor manera los desafíos que conlleva esta condición.
"Antes la psoriasis la veían como la lepra actualizada, o pensar que es contagiosa. Las miradas hablaban más que las palabras, en muchas ocasiones. Los pacientes deben saber que no están solos en este proceso", concluyó.
