Se estima que 1 de cada 4 puertorriqueños sufre de esta enfermedad silente.
La enfermedad de hígado graso se define como la presencia de más de 5 % de grasa en el hígado, la cual, en sus manifestaciones más avanzadas, puede causar daño por inflamación o fibrosis (cicatrices en el hígado). Si esta condición no se atiende a tiempo, el daño pudiera desembocar en cirrosis, fallo hepático y hasta la muerte.
Probablemente, a usted o alguien que usted conoce le han mencionado alguna vez que padece de hígado graso. Esta condición es muy común, y se estima que 1 de cada 4 puertorriqueños sufre de esta enfermedad silente. Silente, porque pueden pasar entre 10 a 20 años hasta que se manifiesten los síntomas.
Los factores de riesgo más importantes para padecer Enfermedad del hígado graso no alcohólica (EHNA) son: (i) tener diabetes tipo 2, (ii) alta presión, (iii) hipotiroidismo, (iv) colesterol o triglicéridos altos, (v) apnea del sueño, (vi) estar en sobre peso, y (vi) tener historial familiar de hígado graso.
Esta enfermedad, generalmente, no presenta síntomas hasta no haber alcanzado etapas más avanzadas como fibrosis o cirrosis. Frecuentemente, el primer indicio de esta condición es un leve aumento en las enzimas hepáticas (ALT, AST) y/o un hallazgo sugestivo de hígado graso en un estudio radiológico, como un sonograma abdominal.
Usualmente, estos hallazgos se identifican de manera incidental o al momento de realizar pruebas de rutina o estudios para otras condiciones. Aquellos pacientes en quienes se sospecha la enfermedad de hígado graso deben ser evaluados para así poder identificar la misma en etapas tempranas.
El diagnóstico de esta enfermedad consiste en descartar, mediante un historial médico completo y varias pruebas de laboratorio, otras condiciones que pueden causar daño al hígado.
La prueba de Fibroscan es una tecnología NO invasiva que nos permite identificar la presencia de grasa excesiva y/o inflamación o fibrosis presentes en la enfermedad de hígado graso. Algunos pacientes requieren de estudios invasivos, como la biopsia de hígado, como parte de su evaluación.
Entre un 20-30 % de los pacientes con hígado graso presentan algún grado de fibrosis o inflamación hepática. En etapas tempranas, la fibrosis hepática es reversible. Sin embargo, cerca del 20 % de los pacientes con fibrosis hepática avanzada progresan a cirrosis sin haber ingerido alcohol.
En la actualidad, la cirrosis se considera irreversible y puede desembocar en fallo hepático, cáncer hepatocelular y la muerte. La cirrosis causada por enfermedad de hígado graso está entre las primeras dos causas de trasplantes de hígado en los Estados Unidos y Puerto Rico.
Actualmente, el tratamiento para prevenir la progresión de esta enfermedad se limita a ajustes en estilos de vida, adoptando una dieta saludable (baja en grasas saturadas y azúcares añadidas) y llevando a cabo un plan de ejercicios. Sin embargo, en Puerto Rico estamos llevando a cabo múltiples estudios de investigación para probar la seguridad y eficacia de tratamientos que prevengan y reviertan el desarrollo de esta enfermedad.
En nuestro centro de investigación, FDI Clinical Research, tenemos oportunidades de participación para personas que necesiten de nuestra ayuda. En FDI realizamos la prueba de Fibroscan libre de costo a pacientes elegibles, y ofrecemos alternativas de tratamientos de investigación a quienes cualifiquen y quieran aportar a conocer más sobre esta condición.
Es imprescindible encontrar tratamientos que eviten la progresión de esta condición y en Puerto Rico tenemos las herramientas para poder proveer alternativas a los miles de ciudadanos que padecen de esta enfermedad.
Para más información se pueden comunicar con nosotros al 787.722.1248. Porque sí, la enfermedad de hígado graso debe preocuparnos.