El apéndice contiene un depósito de bacterias útiles que ayudan a restaurar el intestino y combatir infecciones.
Un informe de la revista Case Reports in Surgery indicó que aproximadamente 1 de cada 100.000 personas nace sin apéndice, un órgano pequeño que puede que ser innecesario en el cuerpo humano y sobre el cual no se había conocido que tuviera una función específica hasta hace algunos años.
El apéndice es un pequeño saco sin salida que sobresale del ciego, el comienzo del intestino grueso. Se estima que 1 de cada 20 personas desarrollan apendicitis, una inflamación potencialmente mortal del apéndice, según lo indican los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Cabe mencionar que Charles Darwin sugirió que el apéndice era un órgano vestigial de los antepasados que se alimentaban de hojas, lo que potencialmente les ayudaba a digerir los alimentos.
Sin embargo, a medida que estos antepasados evolucionaron para depender de una dieta a base de frutas (más fácil de digerir), Darwin especuló que el apéndice ya no cumplía su función, al igual que el pequeño coxis triangular en la base de la columna vertebral humana, un remanente de los huesos de la cola que se encuentran en los ancestros lejanos.
Por su parte, el doctor William Parker, profesor asociado de cirugía en la Facultad de Medicina de la Universidad Duke en Durham, considera que "si Darwin supiera entonces lo que los científicos saben ahora sobre el apéndice, nunca habría sugerido que era un vestigio inútil de la evolución".
Funciones del apéndice que quizás no sabía
En 2007, el científico y sus colegas descubrieron e informaron que este órgano puede servir como un depósito de bacterias intestinales útiles que ayudan al cuerpo a digerir los alimentos.
Es decir que, cuando las enfermedades eliminan los microbios buenos y malos del intestino, las bacterias buenas pueden emerger del "puerto seguro" del apéndice para ayudar a restaurar el intestino a un estado saludable.
Por otro lado, la bióloga evolutiva Heather F. Smith de la Universidad Midwestern en Glendale, señaló en un estudio de 2009 que el apéndice posee una alta concentración de tejido linfoide. Este tejido genera linfocitos que ayudan a montar las respuestas del sistema inmunológico a los gérmenes invasores.
Cuando Smith, Parker y sus colegas investigaron cuándo evolucionó el apéndice en el reino animal, encontraron que el apéndice ha existido en la evolución de los mamíferos durante al menos 80 millones de años, mucho más de lo esperado si se tiene en cuenta que el apéndice era considerado un vestigio.
Adicionalmente, descubrieron que el apéndice evolucionó de forma independiente al menos 32 veces entre los mamíferos, en especies tan diversas como orangutanes, wombats, ornitorrincos, castores, koalas, puercoespines y manatíes.
"Cuando buscamos en especies que tienen un apéndice, no encontramos ningún punto en común en la dieta, pero las especies que sí tenían un apéndice tenían una concentración de tejido inmunológico allí, así que dado este tema común, se podría suponer una función común", afirmó Smith.
¿Qué podría pasar si el apéndice desapareciera de repente?
El científico comentó que eso podría depender del momento de la historia en que sucediera. "Si el apéndice desapareciera en una sociedad de cazadores-recolectores y un científico de una nave espacial, verías a muchas más personas muriendo de enfermedades infecciosas. Luego, durante mucho tiempo, durante millones de años, creo que algo evolucionaría lentamente para que funcionase igual que un apéndice y así la gente no muriera tanto".
Si el apéndice desapareciera en una sociedad con agricultura después de que la gente comenzara a vivir en asentamientos, seguramente moriría más gente, explicó Parker. "La gente habría comenzado a vivir en áreas hacinadas y, con un saneamiento deficiente, las enfermedades se propagarían más".
Y en dado caso que el apéndice no estuviera presente en la población de la sociedad moderna, las personas necesitarían antibióticos para sobrevivir y no contarían con el depósito de bacterias útiles del apéndice para ayudarles a recuperarse de infecciones dañinas.
"Cuando eso suceda, es posible que necesitemos realizar trasplantes fecales a las personas", informó.
De otra parte, el experto considera que una ventaja potencial de un mundo sin apéndices es la desaparición de la apendicitis.
"A nivel mundial hay más de 10 millones de casos de apendicitis cada año, y hasta 50.000 personas mueren por año. Las apendicectomías, o extirpación quirúrgica del apéndice, es una de las cirugías abdominales que se realizan con más frecuencia. Si no tuviéramos el apéndice en primer lugar, no habría personas que murieran de apendicitis, ni costos de cirugía y hospitalización", explicó.
No obstante, estudios anteriores han sugerido que la apendicitis puede deberse a cambios culturales vinculados con la sociedad industrializada y la mejora del saneamiento, dijo Parker. "El caso es que estos cambios dejaron a nuestro sistema inmunológico con muy poco trabajo, lo que abre la posibilidad de que "se vuelva loco" sin el apéndice.
Por lo anterior, los expertos concluyen que un mundo sin un apéndice podría dejar al cuerpo humano luchando contra los gérmenes con más frecuencia.
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