La ingesta dietética se evaluó mediante un cuestionario de frecuencia de alimentos con distintos rangos.
La población de adultos mayores de Puerto Rico experimentan una alta carga de enfermedades cardiometabólicas, debido al marcado riesgo cardiovascular, incluida la obesidad, incluso aquella que predomina en el área del abdomen, y que hoy día se asocia con el síndrome metabólico.
Precisamente la carga salubrista de estas enfermedades se refleja cada día en una creciente letalidad de los pacientes a causa de estas condiciones crónicas asociadas a la obesidad.
Por tal razón, un grupo de investigadores del País realizó un estudio para evaluar la relación de la nutrición mediterránea (MeDS) y el Índice Alternativo de Alimentación Saludable 2010 (AHEI) -un instrumento que permite la evaluación del patrón alimenticio de una población bajo las guías dietéticas americanas Dietary Guidelines for Americans- con la obesidad central en el estudio transversal evaluación de dieta, estilo de vida y enfermedades de Puerto Rico (PRADLAD).
El equipo analizó datos de participantes de PRADLAD entre las edades de 30-75 años en una muestra de 166 pacientes. La ingesta dietética se evaluó mediante un cuestionario de frecuencia de alimentos con distintos rangos y además, se tomaron en cuenta las medidas de la circunferencia de la cintura.
Entre los resultados más destacados se encontraron que los alimentos tradicionales representativos del MeDS -esta dieta puede variar entre poblaciones- incluyeron papas, tubérculos, jugo de frutas, aguacates, pan, avena, frijoles, pollo, mariscos, leche baja en grasa, queso, huevos y cerveza y el que una mayor adherencia a MeDS o AHEI se asoció con una menor obesidad central en adultos en Puerto Rico.
“El consumo de alimentos tradicionales que reflejen estos patrones dietéticos (es decir, de tipo mediterráneo) puede reducir la obesidad central en poblaciones de alto riesgo”, reza parte de la conclusión del estudio.
Esta investigación se trata del primer estudio para crear y evaluar la dieta MeDS adaptada a la población puertorriqueña. Los datos del mismo se pueden utilizar para futuras evaluaciones y análisis nutricionales en la isla, ante la falta de estudios epidemiológicos en este campo.
Entre los criterios de inclusión de los participantes del estudio estuvieron el que estuvieran viviendo en Puerto Rico mínimo por unos 10 meses al momento del estudio, responder preguntas sin ayuda y el mismo fue parte de una alianza entre la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan, la Ponce Health Science University y las universidades Massachusetts Lowell y Northeastern University.
Acceda al estudio aquí.