Sepsis: respuesta extrema del cuerpo a una infección que puede ser mortal

Se desencadena cuando una infección provoca una reacción en cadena en todo el cuerpo, siendo las de tipo bacteriano la causa más común.

Mariana Mestizo Hernández

    Sepsis: respuesta extrema del cuerpo a una infección que puede ser mortal

    La sepsis es una respuesta extrema y abrumadora del cuerpo a una infección, representando una emergencia médica potencialmente grave. En ausencia de tratamiento rápido, la sepsis puede causar daño en los tejidos, falla de órganos e incluso la muerte.

    La sepsis se desencadena cuando una infección provoca una reacción en cadena en todo el cuerpo, siendo las de tipo bacteriano la causa más común, aunque otras categorías podrían también desencadenarla.

    Puede originarse en varias partes del cuerpo

    Dichas infecciones pueden originarse en diversas partes del cuerpo, como los pulmones, el estómago, los riñones o la vejiga. En ocasiones, la sepsis puede manifestarse a partir de un pequeño corte infectado o de una infección que se desarrolla tras una intervención quirúrgica, incluso en personas sin conocimiento previo de la infección.

    Grupos de riesgo

    Existen grupos de personas con un mayor riesgo de desarrollar sepsis, entre los cuales se incluyen adultos mayores de 65 años, individuos con condiciones médicas crónicas como diabetes, enfermedades pulmonares, cáncer y enfermedad renal, aquellos con sistemas inmunitarios debilitados, mujeres embarazadas y niños menores de un año.

    ¿Cómo identificarla?

    Los síntomas de la sepsis pueden variar e incluyen:

    • Respiración y frecuencia cardíaca rápidas.
    • Dificultad para respirar.
    • Confusión o desorientación.
    • Dolor o molestia extrema.
    • Fiebre, escalofríos o sensación de mucho frío.
    • Piel húmeda o sudorosa.

    Complicaciones

    Las formas graves de sepsis pueden llevar al shock séptico, caracterizado por una peligrosa caída en la presión arterial y la falla de múltiples órganos.

    Diagnóstico

    El diagnóstico de la sepsis involucra el historial médico del paciente, preguntas sobre los síntomas, un examen físico que incluye la monitorización de signos vitales como temperatura, presión arterial, frecuencia cardíaca y respiración, así como pruebas de laboratorio para detectar señales de infección o daño a los órganos. 

    En algunos casos, pueden realizarse pruebas de imagen como radiografías o tomografías computarizadas para localizar la infección. Es importante destacar que muchos de los síntomas de la sepsis pueden ser similares a los de otras condiciones médicas, lo que puede dificultar su diagnóstico en las etapas iniciales.

    Tratamiento

    El tratamiento de la sepsis es urgente e incluye la administración de antibióticos, el mantenimiento del flujo sanguíneo a los órganos, lo que puede requerir oxígeno y líquidos intravenosos, así como la gestión de la causa subyacente de la infección

    En casos severos, puede ser necesaria la diálisis renal o la inserción de un tubo de respiración, y algunas personas podrían requerir cirugía para eliminar el tejido dañado por la infección.

    Prevención

    La prevención de la sepsis implica esforzarse por evitar las infecciones, lo que incluye:

    • Cuidado adecuado de las condiciones médicas crónicas.
    • Recepción de las vacunas recomendadas.
    • Práctica de una buena higiene, como el lavado de manos.
    • Mantenimiento de las heridas limpias y cubiertas hasta su completa cicatrización.

    Fuente consultada aquí.

    https://medlineplus.gov/spanish/sepsis.html#:~:text=%C2%BFQu%C3%A9%20es%20la%20sepsis%3F,org%C3%A1nica%20e%20incluso%20la%20muerte

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