En Puerto Rico, entre el 10 al 12 % de la población padece dermatitis atópica.
El hecho de que la dermatitis atópica sea una condición crónica que puede estar presente toda la vida genera serias repercusiones en el diario vivir de los pacientes, una de ellas en la salud mental.
Múltiples investigaciones han señalado que la calidad de vida de los pacientes con dermatitis atópica, (incluyendo su salud mental), depende de la gravedad de los síntomas de la condición y a su vez, las exacerbaciones producidas en la piel pueden generar graves repercusiones en la salud mental y emocional.
"Diversos estudios señalan que la dermatitis atópica está relacionada con ansiedad, depresión y síntomas de estrés", afirmó el Dr. Jonathan Muñiz, psicólogo, catedrático auxiliar y supervisor clínico del Programa de Consejería de la Universidad Carlos Albizu, Recinto de Mayagüez.
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En entrevista para la Revista Medicina y Salud Pública, el profesional también indicó que los pacientes con dermatitis atópica enfrentan una carga emocional más alta en comparación con las personas que no padecen ninguna condición crónica, debido a que pueden tener incertidumbre sobre la progresión de su condición, los medicamentos que utilizan, si funcionan o no, y una preocupación por la apariencia de su piel ante la sociedad.
Debido a estos y otros factores más profundos a nivel emocional, mental y cognitivo, el Dr. Muñiz explicó cómo identificar cuando una persona que padece dermatitis atópica debe buscar ayuda de salud mental.
Así puede reconocer si necesita ayuda emocional
Ya que los pacientes pueden desarrollar depresión, ansiedad o estrés a causa de la condición dermatológica, existen varias señales para reconocer cuando estos aspectos comienzan a influir en la vida diaria.
En el caso de la depresión, los síntomas pueden variar según la edad, sin embargo, entre los más comunes se encuentra: tener la sensación de soledad; comenzar a alimentarse de forma incorrecta, ya sea comer demasiado o dejar de comer, aislarse socialmente; presentar desánimo, apatía, e irritabilidad sin explicación y de forma constante. Este último síntoma es más común en los niños.
Por otro lado, la preocupación por el hecho de no controlar la dermatitis atópica o ver que el tratamiento no está funcionando, entre otros factores, puede llevar a un paciente a desarrollar ansiedad.
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"Pensamientos recurrentes de no tener ningún tipo de ayuda" son característicos de un paciente que tiene ansiedad. También se manifiesta con falta de concentración, alteraciones del sueño, inquietud y agotamiento mental.
El estrés puede empeorar la dermatitis atópica y viceversa
En ese sentido, el estrés también influye de forma determinante en la salud mental de los pacientes. De hecho, presentar "cansancio extremo, dolores de cabeza, en el cuello y en la parte superior de la espalda, alteraciones del sistema digestivo y otros síntomas", son característicos de una persona que requiere orientación de salud mental.
Finalmente, el Dr. Muñiz enfatizó en la importancia de la terapia multidisciplinaria que atienda no solamente los síntomas de alergia y picazón producidos por la dermatitis atópica, sino también la salud mental de los pacientes porque ambos aspectos influyen en el control de la condición.
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