A pesar de estos desafíos, Ketsy Románha aprendido a manejar sus síntomas de alguna manera.
El 14 de septiembre se conmemora en Puerto Rico el Día de Concienciación sobre la Dermatitis Atópica, una afección crónica conocida por causar síntomas como picazón, sequedad e inflamación en la piel. Aunque es más común en niños, puede desarrollarse en cualquier etapa de la vida afectando las actividades diarias de los pacientes que la padecen.
Ketsy Román es una paciente que ha estado lidiando con esta afección durante 40 años, es fundadora del grupo de apoyo Vivir Con Dermatitis Atópica, que lleva más de 15 años ayudando a las personas que sufren de esta condición. Ella reside en Aguadilla y recientemente ha experimentado un empeoramiento de sus síntomas debido a la ola de calor. A pesar de estos desafíos, ella ha aprendido a manejar sus síntomas de alguna manera.
"Han sido 4 décadas de poder aprender a atravesar cada una de esas etapas, porque es una enfermedad evolutiva y depende de la edad que estemos hablando, te afecta de una manera diferente, si hablamos de tiempo presente, ya estoy un 80% mejor de lo que estuve hace 20 o 25 años atrás", manifestó.
La enfermedad puede detonarse por múltiples factores
Ketsy ha compartido que continúa aprendiendo a convivir con la dermatitis atópica, ya que nunca sabe cuándo podría encontrarse con un desencadenante que afecte su condición. Cada día se levanta con la esperanza de sentirse bien, pero comprende que cualquier factor externo podría desencadenar los síntomas, por lo que está en constante proceso de adaptación a esta realidad.
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"La vida no se detiene ahí, trabajamos, estudiamos, tenemos actividades con nuestras familias, los quehacer normales de cualquier persona, pero teniendo en cuenta tienes la piel sumamente seca, irritante, abierta en ocasiones, ya que puede sangrar por el sangrado, de hecho, a veces aún lo puedo vivir, es tanto el picor, que a veces uno puede perder el control", agregó.
El tratamiento no siempre funciona
Román mencionó que existen métodos para controlar el picor cuando está bajo tratamiento, como mantener una adecuada hidratación, lo cual minimiza estos episodios. Sin embargo, reconoce que no siempre se puede prever cuándo ocurrirá un brote y que la piel no siempre estará en condiciones óptimas para resistirlo.
"Tuve años en los que tuve que vivir con sangre en mis piernas, brazos o cara por un rascado que no podía controlar. Los episodios en la noche, muchas veces no me dejaron dormir, podían pasar 3 o 4 días y yo no pegaba un ojo por el picor".
(Vea también: "La dermatitis atópica es un proceso autoinmune, que afecta tanto la piel como las vías respiratorias")
La paciente destacó que, aunque no existe una cura total para la dermatitis atópica, hay múltiples avances en su tratamiento y mencionó que "existe una luz al final del camino". Expresó su optimismo al respecto y señaló que las personas con un diagnóstico reciente tendrán más oportunidades para abordar la condición en comparación con lo que ella tuvo en años anteriores.
"En ese caminar, porque en algún momento llegué a pensar que la única con dermatitis atópica era yo, y con el esfuerzo y apoyo de mis padres en esta situación tan difícil, el poder darme unas herramientas de ser fuerte, decidí educar mi entorno y así ir poco a poco de ir aprovechar mis redes sociales y todo lo que tuviera a mi alcance, para enseñar de qué se trata la condición, que no es algo contagioso y lo difícil que es vivir con esto", concluyó.