La reelección del Dr. Carlos Díaz a la presidencia del Colegio de Médicos Cirujanos envía un mensaje significativo a los colegiados. Su contundente triunfo sobre su ex aliada y vicepresidenta, la Dra. Alicia Feliberti, fundadora del colegio y expresidenta, genera un impacto positivo en una parte de la comunidad médica que ve fortalecer su apoyo, mientras sus opositores no logran encontrar razones de peso para justificar su salida
La reelección del Dr. Carlos Díaz a la presidencia del Colegio de Médicos Cirujanos envía un mensaje significativo a los colegiados. Su contundente triunfo sobre su ex aliada y vicepresidenta, la Dra. Alicia Feliberti, fundadora del colegio y expresidenta, genera un impacto positivo en una parte de la comunidad médica que ve fortalecer su apoyo, mientras sus opositores no logran encontrar razones de peso para justificar su salida. El respaldo recibido hoy por parte de sus pares médicos es indudablemente un reflejo de la confianza en la gestión del cardiólogo como presidente del Colegio, especialmente en tiempos de desafíos como el proceso de descolegiación. Los colegiados saben que la colegiación no significa el fin del colegio. La institución ya fue descolegiada en el pasado y han probado esa medicina, encontrando la receta para lograr nuevamente su colegiación. La victoria de Díaz, a pesar de las controversias y algunos señalamientos menores en su contra, es una clara demostración de que la mayoría de los colegiados han respaldado la institucionalidad y le han dado un voto de confianza a la continuidad de su administración. El Colegio de Médicos Cirujanos ha sido escenario de duras e hirientes batallas internas y externas a lo largo de su historia, albergando a pensadores, intelectuales y figuras con fuertes convicciones ideológicas y políticas. Ha sido escenario de movilizaciones como la presión para lograr la salida de la Marina de Guerra de los Estados Unidos en Vieques, demostrando su compromiso con la salud pública. En el contexto de la salud de los puertorriqueños, es importante destacar que la población de Puerto Rico se enfrenta a diversos desafíos, como la accesibilidad a servicios médicos controlados por la industria de los seguros de salud, la prevalencia de enfermedades crónicas y la calidad de la atención sanitaria. Estos son temas prioritarios que requieren atención por parte de las autoridades y profesionales de la salud.
Contrario a lo que se esperaba, el Dr. Díaz, simpatizante del Partido Popular Democrático, no cambió su presidencia por una candidatura política partidista y pudo tender puentes y establecer buenas relaciones con el Secretario del Departamento de Salud de Puerto Rico, Dr. Carlos Mellado, reconocido por su entendimiento de la salud pública y parte del gabinete del gobernador Pedro Pierluisi. Está por verse cómo será su relación con la Comisionada Residente de Puerto Rico en Washington, Jennifer González, quien se deja ver en conferencias de prensa del Dr. Víctor Ramos, otro ex aliado del Dr. Díaz y quien es mencionado como un allegado de la comisionada. Pero no tan solo eso, el director de campaña de la también candidata a la gobernación es nada más y nada menos que el pasado asesor legal del Colegio de Médicos Cirujanos. Hay que ver cómo estos profesionales logran dejar de un lado sus diferencias para trabajar por el bienestar de los puertorriqueños. Claro, todo esto si la comisionada residente prevalece sobre el gobernador de Puerto Rico porque un triunfo del gobernante le representa un duro revés a sus aliados con intereses en los asuntos del Colegio. Así, en medio de estas eternas discordias que distraen la discusión de los mejores intereses de los médicos y los pacientes en Puerto Rico, el Dr. Carlos Díaz tiene que enfrentar al enemigo común de médicos y pacientes: la industria de seguros de salud, los planes médicos. El Dr. Carlos Díaz, con la revelación de su liderazgo y visión, tiene la oportunidad de unificar a los actores clave en el sector de la salud y trabajar en conjunto para abordar los desafíos y garantizar un sistema de salud que atienda la necesidad de los pacientes, médicos, enfermeras y profesionales de la salud. También tiene la oportunidad de contribuir a rescatar la imagen de la relación médico-paciente, promoviendo la importancia del respaldo mutuo entre médicos y pacientes para el bienestar de la sociedad.