Los decanos de las instituciones educativas especializadas comunicaron su oposición rotunda a la medida que pretendería crear residencias estatales de acreditación.
La Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, Ponce Health Sciences University School of Medicine, Escuela de Medicina Universidad Central del Caribe, y Escuela de Medicina San Juan Bautista y sus Centros Médicos Académicos Regionales manifestaron su oposición categórica al Proyecto del Senado 1134.
A través de un comunicado, los decanos de las Escuelas de Medicina de Puerto Rico expresaron su preocupación por el proyecto de ley, considerando que atenta contra la educación médica del país.
Entre sus argumentos, señalan que el proceso de entrenamiento de un médico especialista en medicina primaria o subespecialidad requiere completar un bachillerato, seguido de un grado doctoral en medicina y un entrenamiento graduado en medicina o residencias médicas. Por lo tanto, “los requisitos y estándares para la otorgación de grados son y deben ser establecidos siguiendo las mejores prácticas nacionales y la evidencia científica para la misma”.
Cabe mencionar que en los Estados Unidos y sus territorios, la única agencia que acredita programas de residencia es el Concilio Americano de Educación Médica Graduada (ACGME, por sus siglas en inglés).
Las Escuelas de Medicina indican que las organizaciones de salud en Estados Unidos llevan alertando y estudiando por más de dos décadas las proyecciones alarmantes de una creciente escasez de médicos, las razones para ello y las estrategias para optimizar la demanda. Según el informe de la AAMC, las últimas proyecciones sostienen una demanda por encima de la oferta de médicos, anticipando un déficit de entre 37,800 y 124,000 para el 2034.
“Es importante aclarar que el monitoreo de estándares de calidad de los programas es complejo, costoso y debe ser realizado por entidades de pares y profesionales debidamente capacitados. Es poco realista pensar que el gobierno de Puerto Rico tiene la capacidad y los recursos para asegurar la calidad y rigurosidad académica en las residencias que sugiere este proyecto”, afirmaron.
También señalaron que ninguna jurisdicción, excepto Puerto Rico, permite la obtención de licencias para la práctica independiente de la medicina sin tres años de educación médica graduada acreditado por ACGME. “En la Isla, se otorgan licencias para la práctica independiente a médicos con solo 12 meses de residencia acreditada y peor aún por programas no acreditados (internado criollo)”.
“Aproximadamente el 40% de nuestra fuerza laboral médica está constituida por médicos generalistas sin entrenamiento en residencias médicas. Los generalistas sirven al país mayormente en clínicas de cuidado primario y haciendo turnos en las salas de emergencias. Sin embargo, el cuidado especializado que requiere ciertas disciplinas como lo es la medicina de emergencia, pediatría, medicina interna, medicina de familia, obstetricia-ginecología y cirugía general requiere médicos debidamente entrenados bajos los estándares más estrictos. El no hacerlo representa un problema potencial de seguridad de pacientes y calidad de cuidado para el país”, alertaron.
Pese a que reconocen la intención de atender la crisis de acceso a cuidado médico en Puerto Rico por parte de los senadores, el Departamento de Salud de Puerto Rico y la Junta de Licenciamiento de Profesiones Médicas, los representantes de las Escuelas de Medicina afirman que la proposición de crear programas de educación graduada no acreditados y la certificación de profesionales no entrenados propiamente es alarmante.
Discrepancias con el Proyecto del Senado 1134
Por lo anterior, comunicaron sus objeciones en los siguientes puntos:
No atiende los problemas principales de un suplido insuficiente del país, pues dar títulos sin entrenamiento no aumenta el número de médicos, y crear residencias no acreditadas promueve el éxodo de especialistas graduados de residencias acreditadas por ACGME.
No atiende los problemas de obstáculos creados por las aseguradoras para que los que se gradúan se queden.
Ignora los estándares de prácticas de certificación y licenciamiento de médicos en la literatura científica y recomendaciones de organizaciones de salud nacional.
Ignora los estándares de prácticas para la prevención de errores en la medicina y en la literatura científica y recomendaciones de organizaciones de salud nacional.
Representa un retroceso en el desarrollo de sistemas de salud de calidad por el cual Puerto Rico se ha regido por más de 75 años.
Aumenta el riesgo por impericia a las instituciones de salud.
Promueve el que graduados de programas acreditados que están fuera del país desistan de regresar.
Crea un sistema de salud dual, con estándares de cuidado desigual en la población, promoviendo un aumento en la inequidad ya existente.
Invalida el rol de las instituciones académicas para mantener la calidad de la enseñanza y sin una entidad externa e independiente que mantenga y regule los estándares de calidad de la docencia clínica. Sería crear un sistema paralelo creando costos adicionales innecesarios a un sistema que no tiene recursos.
Certifica como especialista a profesionales sin entrenamiento formal y al proceso de mantenimiento continuo de certificaciones que requieren las especialidades médicas.
Representa un acto antidemocrático y peligroso el crear sistemas que mantienen cautivos a sus profesionales en la Isla, pues especialistas graduados de residencias no acreditadas por el ACGME o a los cuales se les otorga un título sin entrenamiento en estas no serán reconocidos en ningún otro territorio de los EEUU, poniéndolos en desventaja ante las aseguradoras médicas e intermediarios de pago por sus servicios.
Violenta la confianza del pueblo en sus sistemas de salud, en su responsabilidad de proteger la salud de sus constituyentes en Puerto Rico.
Recomendaciones
Ante la situación compartieron varias recomendaciones que permitan fortalecer la práctica médica en Puerto Rico.
La creación de legislación que viabilice el reconocimiento como “Any Willing Providers” por las aseguradoras al momento de graduarse.
El pareo de las tarifas de sus servicios con los estándares nacionales por parte de las aseguradoras, facilitación de licencias por la Junta de Licenciamiento y Disciplina Médica de manera eficiente una vez se gradúan y para los que desean regresar.
Reconocimiento y diferencial de pago por parte de las aseguradoras a médicos especialistas y sub-especialistas con los exámenes nacionales de las especialidades del American Board of Medical Specialties (ABMS).
El apoyo al pago de deuda por estudios.
La otorgación de tasa contributiva especial de 4% (Ley 14) a todo especialista.
Incentivos a hospitales que sirven como instituciones auspiciadoras de programas de residencias y “fellowships” acreditados por ACGME
Subvenciones para el inicio de programas y pago de la facultad medular de estos.
Subvenciones para el pago inicial de las acreditaciones por el ACGME para nuevos hospitales auspiciadores y programas nuevos de residencia/”fellowship”.
“Agradecemos el compromiso de todas las partes a mejorar la salud de nuestro país. Nos ponemos a la disposición colaborar con las distintas entidades públicas y privadas en medidas basadas en evidencia científica que resulten en una mejor salud para nuestro pueblo y reduzca la disparidad en el área de educación y cuidado de salud para los hispanos y en especial los puertorriqueños”; concluyeron.