Hay que obligar a las aseguradoras a otorgar privilegios a todos los especialistas que se gradúen de estas residencias acreditadas.
Recientemente, ha circulado el Proyecto del Senado 1134 que, entre otras medidas, provee que la Junta de Licenciamiento y Disciplina Médica pueda otorgar certificaciones de especialistas a médicos generalistas por años de servicio, como también abrir residencias estatales no acreditadas por el Accreditation Council of Graduate Medical Education (ACGME). Esto, en mi opinión, lo único que va a lograr es un sistema de salud dual dividido entre ricos y pobres. Puerto Rico necesita especialistas, por supuesto, pero no puede ser a cuesta del pueblo que ya está siendo atropellado.
Es ampliamente conocido que el actual sistema de salud está a la merced de las aseguradoras. Estas deniegan privilegios a los graduados de residencias acreditadas resultando en que todos esos graduados se tengan que ir de Puerto Rico. También, mantienen tarifas por debajo de la norma para los especialistas que ya están dentro de su red, causando que también tengan que emigrar o dejar de aceptar los planes médicos.
Como única alternativa para aumentar el número de especialistas que se queden en Puerto Rico es otorgándoles privilegios por las aseguradoras y aumentando las tarifas de pago. Uno se pregunta entonces, ¿cómo es que a los graduados de residencias acreditadas actualmente no les proveen privilegios, pero a los que se les dé el título de especialidad por años de servicio o por graduarse de una residencia estatal sí se los van a conceder?, ¿no hace sentido, verdad?
A menos que sea porque las aseguradoras saben que los especialistas sin adiestramiento formal o graduados de residencias estatales no van a ser reconocidos en ninguna otra jurisdicción de los Estados Unidos, disminuyendo así la posibilidad que emigren de Puerto Rico. Esto los convertiría en un grupo de nuevos especialistas secuestrados a merced de las tarifas que las aseguradoras deseen poner, ya sean iguales o más bajas a las que hay en la actualidad. Debemos recordar que la razón de ser de las aseguradoras, como negocio, es ganar dinero.
Es mi opinión, esto va a redundar en un sistema de salud dual, donde los que puedan pagar directamente el cuidado de salud se atenderán con especialistas graduados de residencias acreditadas por el ACGME, mientras que los que no, se atenderán por los graduados de residencias estatales o por los que se les otorgó un título sin adiestramiento formal.
Para prevenir esto, hay que mantener y expandir el número de residencias acreditadas, que son las únicas con un proceso de garantía de calidad transparente y, concomitantemente; hay que obligar a las aseguradoras a otorgar privilegios a todos los especialistas que se gradúen de estas residencias acreditadas. Bajar los estándares de calidad que tienen los programas de residencia acreditados solo nos llevará a la injusticia.
Es imperativo que el Gobierno fiscalice las aseguradoras y las obligue a dar privilegios a los especialistas graduados de residencias acreditadas y suba las primas a todo médico. Esta es la única manera de aumentar el número de especialistas, asegurando tanto calidad del cuidado médico como la justicia para todo paciente independientemente de su capacidad de pago.