Se sugiere el autoexamen testicular regular para detectar cualquier cambio anormal en los testículos y acudir a consulta médica si observa algo fuera de lo común.
El dolor testicular es común, debido a que esta zona del cuerpo suele ser muy sensible. De hecho, lesiones menores pueden generar estas molestias, así como la presencia de una infección en los conductos espermáticos (epididimitis) o de los testículos (orquitis).
Del mismo modo, puede ser consecuencia de una torsión testicular, acumulación de líquido en el escroto como varicocele (venas dilatadas en el escroto), espermatocele (quiste en el epidídimo que puede contener células espermáticas muertas) o hidrocele (líquido que rodea el testículo.
En casos más serios, este dolor puede estar asociado a la aparición de una hernia o cálculo en el riñón e, incluso, cáncer testicular.
El cáncer testicular es poco frecuente, y los hombres están a riesgo de desarrollarlo en cualquier edad, aunque suele ser más común entre los 20 y 39 años. Asimismo, se puede presentar en hombres que han tenido un desarrollo testicular anormal, un testículo no descendido, antecedentes personales o familiares de cáncer testicular, o son caucásicos.
Se trata de una condición altamente tratable, incluso cuando se disemina a otras partes del cuerpo. Por lo general, el primer signo de esta enfermedad es la presencia de un bulto o protuberancia en la zona genital.
Del mismo modo, los cambios palpables de los testículos, sensación de pesadez, dolor abdominal, en la ingle o el escroto, así como una acumulación repentina de líquido en el escroto, agrandamiento del tejido mamario y dolor de espalda.
Los testículos están formados por una variedad de tipos celulares entre los cuales puede surgir uno o varios tipos de cáncer. En el proceso de detección, es crucial determinar el origen específico de la enfermedad y su clasificación, ya que esto influirá en las opciones de tratamiento y en el pronóstico del paciente.
Tumores de células germinales:
Más del 90% de los tumores testiculares malignos surgen en las células germinales, productoras de los espermatozoides, y los más comunes suelen ser los seminomas y no seminomas.
Seminomas: Tienden a crecer y a propagarse más lentamente que los no seminomas. Se dividen en seminoma clásicos (más del 95%), y seminoma espermatocítico (suele afectar a hombres de aproximadamente 65 años).
No seminomas: Usualmente afectan a hombres jóvenes, entre la adolescencia y los 30 años. Se dividen en carcinoma embrionario, carcinoma del saco vitelino, coriocarcinoma y teratoma, a menudo presentes en un solo tumor.
Carcinoma in situ del testículo
Se trata de una forma no invasiva de cáncer confinada dentro de los túbulos seminíferos. Puede no producir síntomas visibles, aunque se detecta mediante una biopsia realizada por esterilidad, por ejemplo. Pero si este se vuelve invasivo, se puede propagar a otras partes del testículo y, eventualmente, a los ganglios linfáticos y a otras partes del cuerpo a través de la sangre.
Tumores estromales
Se originan en los tejidos de soporte y productores de hormonas de los testículos y representan menos del 5% de los tumores testiculares en adultos y hasta un 20% en niños, con los tipos principales siendo los tumores de las células de Leydig y los tumores de las células de Sertoli.