Esta terapia supone una opción terapéutica altamente efectiva y con menos efectos secundarios en comparación con las terapias tradicionales.
La medicina ha experimentado un progreso sin precedentes gracias a la investigación científica, y una de las innovaciones más recientes es la aplicación del plasma frío en la atención oncológica y tratamiento del cáncer, área crucial de la medicina moderna.
El plasma y los estados
Para entender el plasma frío, es fundamental comprender el concepto de plasma en sí mismo. Este es uno de los cuatro estados fundamentales de la materia, junto con sólidos, líquidos y gases.
A diferencia de los otros estados, este se forma cuando los átomos o moléculas pierden electrones y se ionizan, generando una mezcla de partículas cargadas, como iones y electrones libres.
La muerte celular por plasma frío en el cáncer
Estudios recientes sobre el uso de este método en la oncología, como "Exploring the Use of Cold Atmospheric Plasma to Overcome Drug Resistance in Cancer" (Explorando el uso del plasma atmosférico frío para superar la resistencia a medicamentos en el cáncer), sugieren que el plasma frío puede inducir la apoptosis o muerte celular programada en células cancerosas.
Esto se da gracias a que sus efectos antitumorales actúan a través de la generación de especies reactivas de oxígeno y nitrógeno generadas por el plasma, lo que puede provocar estrés oxidativo en las células cancerosas u otros posibles efectos como daño al ADN, mediante activación de vías de señalización y modulación de respuestas inmunitarias.
Disminución de efectos secundarios frente a terapias tradicionales
El desarrollo innovador del plasma frío como terapia en la oncología puede suponer una revolución en el tratamiento del cáncer ya que es una opción terapéutica altamente efectiva y con menos efectos secundarios en comparación con las terapias tradicionales como la quimioterapia.
Aplicación del plasma frío en otros campos de la medicina
El impacto significativo de esta aplicación se puede ver en distintos campos de la medicina como la esterilización de instrumentos médicos y superficies, eliminación de patógenos, prevención de infecciones nosocomiales y garantización de entornos de atención médica más seguros en cuanto a salubridad. Además, se ha demostrado que acelera la cicatrización y desinfecta heridas crónicas, lo que beneficia a los pacientes al reducir la inflamación y eliminar microorganismos perjudiciales en ciertos escenarios como la recuperación postoperatoria.
A su vez, se ha empleado con éxito en la odontología para esterilizar instrumentos dentales o tratar infecciones bucales; la fabricación de dispositivos médicos y biomateriales, mejorando la biocompatibilidad y la adhesión celular.
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