Estos hallazgos sugieren que dichos sueños actuarían como un "sistema de alerta precoz" para una intervención clínica más temprana.
Un aumento en la frecuencia de pesadillas y alucinaciones podría ser una señal temprana de enfermedades como el lupus y el párkinson, según estudios recientes.
El sueño se está reconociendo como un nuevo factor de riesgo para la salud cardiovascular, similar al impacto del tabaco o la obesidad. Un estudio publicado en 'eClinicalMedicine' revela que las pesadillas y alucinaciones pueden preceder la aparición de enfermedades autoinmunes como el lupus.
La investigación, que incluyó encuestas a 676 personas con lupus y 400 médicos, encontró que el 61% de los pacientes con lupus y el 34% de aquellos con otras enfermedades autoinmunes reumáticas reportaron un aumento en las pesadillas perturbadoras antes de experimentar alucinaciones.
El lupus es una enfermedad inflamatoria autoinmune que afecta múltiples órganos, incluido el cerebro. Los síntomas neurológicos y de salud mental, como la depresión, las alucinaciones y la pérdida del equilibrio, pueden ser indicativos de un "brote", un período en el cual la enfermedad empeora.
Interrupción del Sueño: Tres de cada cinco pacientes con lupus experimentaron interrupciones del sueño, siendo este el síntoma más común.
Alucinaciones: Poco menos de un cuarto de los pacientes informó tener alucinaciones, lo cual se observa en el 85% de las personas con lupus.
Pesadillas vívidas y angustiosas: Un tercio de los pacientes desarrolló lupus un año después de experimentar pesadillas vívidas y angustiosas. Estas pesadillas incluían ser atacados, atrapados, aplastados o cayendo.
Las pesadillas frecuentes pueden servir como un indicador temprano de la enfermedad de Parkinson. Según un estudio realizado por la Universidad de Birmingham y publicado en 'eClinicalMedicine', las personas que experimentan pesadillas habitualmente tienen el doble de probabilidades de ser diagnosticadas con párkinson en el futuro.
Esta investigación se basó en datos recopilados durante 12 años de seguimiento a 3,818 hombres adultos, quienes completaron cuestionarios sobre la calidad de su sueño. El autor principal, Abidemi Otaiku, sugiere que las personas que experimentan cambios en sus sueños en la vejez, sin ningún desencadenante obvio, deberían buscar atención médica.
Melanie Sloan, de la Universidad de Cambridge, señala que tanto los pacientes como los médicos pueden ser reacios a hablar sobre la salud mental y los síntomas neurológicos, especialmente si no son conscientes de que estos pueden ser parte de enfermedades autoinmunes. Sin embargo, reconocer estos síntomas podría mejorar significativamente la intervención temprana y el manejo de estas enfermedades.
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