Sin la información necesaria, los jóvenes no están preparados para tomar decisiones informadas y seguras sobre su vida sexual, aumentando así, el riesgo de infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados.
En la actualidad, la revolución tecnológica ha transformado la manera en que vivimos y experimentamos la sexualidad. Desde el uso de redes sociales para conocer personas, hasta el acceso ilimitado a contenido sexual explícito.
El panorama sexual en la era digital plantea grandes beneficios, pero también significativos riesgos, especialmente para las generaciones más jóvenes. En una conversación con la sexóloga clínica Delorean Torres, abordamos estos cambios y exploramos cómo las redes sociales, la pornografía y la falta de educación sexual están influyendo en la vida sexual de adolescentes y adultos por igual.
Uno de los primeros temas abordados por Delorean, fue el impacto de la tecnología en las relaciones de pareja. Según la experta, las redes sociales y plataformas digitales han facilitado nuevas formas de mantener la intimidad, sobre todo para parejas que enfrentan la distancia geográfica.
"Por ejemplo, cuando una de las partes está en otro país, ya sea por trabajo o estudios, el uso de la tecnología permite mantener el contacto y la cercanía emocional. Aunque la relación física cambia, herramientas como el sexting pueden ayudar a preservar la conexión íntima," explicó Torres.
El sexting, o intercambio de mensajes, imágenes o videos con contenido sexual, se ha convertido en una práctica común entre parejas que buscan mantener su vida sexual activa a pesar de la distancia. Sin embargo, la sexóloga enfatiza la importancia de establecer límites claros para que ambas partes se sientan cómodas y seguras.
"Es fundamental que las parejas se comuniquen sobre lo que les resulta cómodo y seguro al participar en el sexting. Evitar que se vean los rostros o marcas distintivas, como tatuajes, puede ser una forma de proteger la privacidad en caso de que el contenido se filtre," recomendó.
Si bien la tecnología puede ofrecer beneficios en la intimidad de las parejas, para los adolescentes plantea serios riesgos. La falta de madurez y de una educación sexual adecuada puede hacer que los jóvenes caigan en situaciones peligrosas.
"Le damos a nuestros hijos una tablet o un teléfono desde los 3 o 4 años, pero como padres no siempre supervisamos lo que están viendo. Aplicaciones como YouTube, e incluso juegos aparentemente inofensivos como Roblox, pueden exponer a nuestros niños a contenido sexual no apto para su edad," afirmó.
Además, advirtió sobre los peligros del grooming, una práctica en la que adultos se hacen pasar por adolescentes para ganarse la confianza de menores y luego explotarlos sexualmente. "Los adolescentes, al no tener la madurez necesaria, son más vulnerables a este tipo de engaños. Si no hemos fomentado una comunicación abierta y sincera con nuestros hijos, no estarán preparados para enfrentar estas situaciones", agregó.
Según la sexóloga, la exposición a la pornografía desde edades tempranas puede crear expectativas erróneas y poco realistas sobre las relaciones sexuales.
"La pornografía no es una herramienta educativa. Lo que hacen los jóvenes es tomar la información que ven y convertirla en su único referente de cómo debe ser una relación sexual. Esto puede llevar a dinámicas sexuales dañinas y afectar negativamente su vida sexual adulta," explicó.
La experta hizo hincapié en que los padres deben ser los primeros en hablar abiertamente con sus hijos sobre estos temas y no dejar que la educación sexual venga únicamente de fuentes externas. "La clave es tener diálogos abiertos y ofrecer la información adecuada en cada etapa del desarrollo," dijo.
Sin la información correcta, los jóvenes no están preparados para tomar decisiones informadas y seguras sobre su vida sexual, aumentando así, el riesgo de infecciones de transmisión sexual (ITS) y embarazos no deseados.
"Estudios han demostrado que cuando educamos a nuestros hijos en temas de sexualidad, hay menos embarazos no deseados y menos ITS. Es crucial que los jóvenes reciban una educación sexual integral que incluya temas como el uso del condón, las barreras de protección y la prevención de enfermedades," comentó Torres.
Finalmente, la experta señaló que en Puerto Rico, las ITS más comunes entre los adolescentes son el herpes, la clamidia y la gonorrea, y que muchas veces los jóvenes no buscan ayuda por miedo o vergüenza.
"Hablar de sexualidad con nuestros hijos no debe ser un tabú. Mientras más preparados estén, más seguros estarán para tomar decisiones saludables y protegerse de los riesgos de la era digital," concluyó la sexóloga.