Actualmente, esta práctica no es recomendada por expertos y estudios previos han advertido sobre sus posibles riesgos de seguridad.
Un nuevo estudio sugiere que la práctica conocida como "siembra vaginal", que consiste en exponer a los bebés nacidos por cesárea a los fluidos vaginales de sus madres, podría tener un impacto positivo en los microbiomas intestinales de los recién nacidos.
Los bebés que nacen por cesárea tienden a tener una composición microbiana intestinal diferente a la de los bebés nacidos por vía vaginal, posiblemente debido a la falta de exposición al microbioma vaginal materno durante el parto.
De hecho, se ha observado que los microbiomas intestinales de los bebés nacidos por cesárea se asemejan más a las comunidades microbianas presentes en la piel que en el intestino.
Estos hallazgos plantean interrogantes sobre cómo los diferentes métodos de parto pueden influir en el desarrollo de los bebés, considerando la evidencia de que la comunidad microbiana intestinal desempeña un papel fundamental en el desarrollo del cerebro y el sistema inmunológico durante los primeros años de vida.
Los estudios han relacionado los partos por cesárea con un mayor riesgo de trastornos del neurodesarrollo, infecciones tempranas, alergias, enfermedades inflamatorias y enfermedades metabólicas, y algunos plantean que las diferencias en la microbiota intestinal pueden contribuir a este riesgo.
Beneficios de la transferencia de microbiota vagina
Sobre el tema, un nuevo estudio sugiere que la transferencia de microbiota vaginal (VMT), también conocida como siembra vaginal, es probablemente un método seguro y efectivo para restaurar el microbioma intestinal en bebés nacidos por cesárea, el cual se asemeja a la de los bebés nacidos por vía vaginal.
Los resultados también sugieren que la siembra vaginal podría mejorar el neurodesarrollo en los bebés nacidos por cesárea, informaron los autores del estudio. Sin embargo, debido al pequeño tamaño del estudio, esta relación potencial entre la siembra vaginal y el neurodesarrollo debe confirmarse en otros estudios.
Aunque la siembra vaginal se ha vuelto cada vez más popular en los Estados Unidos, sigue siendo controvertida por la investigación limitada sobre su seguridad y beneficios.
Es importante mencionar que el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos no recomienda la siembra vaginal fuera del ámbito de la investigación hasta que haya suficientes datos disponibles para respaldar la práctica.
¿En qué consiste la siembra vaginal?
La idea de restaurar la microbiota intestinal de los bebés nacidos por cesárea surgió hace varios años, y se propuso la siembra vaginal como método para hacerlo, en un artículo de 2016 en la revista Nature Medicine.
Este proceso implica insertar una gasa estéril en la vagina antes del parto, exponerla al microbioma vaginal y luego pasar la gasa por la boca y la cara del bebé después del nacimiento.
La investigación sobre la siembra vaginal es escasa, aunque un pequeño estudio observacional reciente sugirió que la siembra vaginal puede restaurar la microbiota de los bebés nacidos por cesárea.
Este estudio incluyó a 30 bebés que se sometieron a siembra vaginal, pero no se pudo establecer definitivamente una relación de causa y efecto entre la siembra vaginal y las diferencias en la microbiota.
Sin embargo, algunos expertos han advertido sobre los peligros potenciales de la siembra vaginal, como la exposición potencial de los bebés a bacterias dañinas.
¿A qué se debe la diferencia de microbiotas intestinales en nacidos por parto natural y cesárea?
Un estudio de 2018 incluso sugirió que las diferencias en los microbiomas de los bebés nacidos por cesárea y por vía vaginal podrían deberse a los antibióticos administrados antes de las cesáreas, que pueden atravesar la placenta, en lugar de la falta de exposición de los bebés al microbioma vaginal.
Otros estudios han analizado los posibles beneficios de la siempre vaginal
Para establecer la seguridad potencial y el beneficio de la siembra vaginal, investigadores de múltiples instituciones en China realizaron un ensayo clínico que incluyó a 68 mujeres embarazadas programadas para cesáreas.
Alrededor de la mitad de los bebés de las mujeres fueron expuestos a una gasa que contenía los fluidos vaginales de su madre, y la otra mitad fue expuesta a una gasa de solución salina estéril.
La incidencia de eventos adversos en los primeros 42 días después del nacimiento fue similar en ambos grupos de bebés, lo que indica que la siembra vaginal es segura. Los eventos adversos más comunes fueron trastornos leves de la piel, incluidos enrojecimiento y llagas similares a ampollas; pero ninguno podría atribuirse a la siembra vaginal.
A modo de comparación, el equipo estudió los microbiomas de 33 bebés nacidos por vía vaginal. Los resultados mostraron que los bebés que se habían sometido a siembra vaginal tenían una microbiota intestinal que se parecía más a la del grupo de parto vaginal.
El equipo también encontró que el neurodesarrollo infantil a los seis meses fue significativamente mayor en los bebés expuestos a fluidos vaginales en comparación con los expuestos a solución salina, lo que sugiere que la siembra vaginal podría mejorar el desarrollo neurológico en los bebés nacidos por cesárea.
Pese a ello, no se pueden hacer inferencias sobre cualquier impacto potencial a largo plazo de la siembra vaginal en el desarrollo neurológico, ya que el estudio solo duró seis meses.
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