Es muy eficaz para reducir los niveles de glucosa en sangre y puede ser un medicamento muy útil para el control de la diabetes.
Es importante tener en cuenta que la Metformina no es una cura para la diabetes, sino más bien una herramienta útil para ayudar a mantener los niveles de glucosa bajo control. Por lo tanto, siempre es necesario seguir una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y tomar otros medicamentos prescritos por el médico para controlar la diabetes de manera efectiva.
¿Cómo funciona la Metformina?
Funciona reduciendo la cantidad de glucosa que el hígado produce y aumentando la sensibilidad del cuerpo a la insulina. Ayuda a reducir la absorción de glucosa en el intestino y mejora el uso de la glucosa por parte de las células del cuerpo.
Sin embargo, es importante tener en cuenta los posibles efectos secundarios y asegurarse de tomar la dosis adecuada. Es un medicamento seguro y bien tolerado, pero como cualquier fármaco, siempre es importante hablar con un médico antes de comenzar a tomarlo.
Sus beneficios van más allá de su función como antidiabético oral
Incluyen efectos positivos en el tratamiento de algunas enfermedades como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), ciertos tipos de cáncer, como el de mama y enfermedades del hígado. Asimismo, también se ha demostrado que puede mejorar la fertilidad y aumentar la esperanza de vida en algunos casos.
También es una aliada potencial para la pérdida de peso, particularmente en personas con sobrepeso y obesas con resistencia a la insulina. Si bien, la Metformina no fue diseñada específicamente para esta enfermedad, los estudios han demostrado que tomarla puede conducir a una pérdida de peso promedio de 2 a 7 kg y puede reducir la grasa corporal y la grasa visceral. Además, de ayudar a controlar el apetito, lo que reduce la ingesta de calorías.
Los posibles efectos secundarios
Los más comunes son problemas digestivos como diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal, gases, deficiencia de vitamina B-12, dolor de cabeza, sabor metálico desagradable en la boca, debilidad, confusión, temblores, sudoración, entre otros. En algunos casos, puede causar acidosis láctica, una afección grave que requiere atención médica inmediata. Por esta razón, es importante seguir las dosis recomendadas y hacer un seguimiento regular con el médico. Además, es fundamental informar de cualquier efecto secundario que se presente para que pueda ajustar la dosis o cambiar el medicamento si es necesario.
¿Cómo asegurar una dosificación adecuada?
La dosis recomendada para adultos es de 500 mg a 850 mg dos veces al día, con las comidas. Es importante no excederla y seguir las instrucciones de su médico. También es importante informar al especialista si está tomando otros medicamentos, ya que algunos no pueden interactuar con la Metformina; es importante no omitir su consumo y tomarla a la misma hora todos los días.
Fuentes consultadas aquí y aquí.