El impacto podría traducirse en millones de nuevas infecciones y muertes para 2029.
La directora del programa ONUSIDA, Winnie Byanyima, advirtió que el número de nuevas infecciones por VIH podría aumentar más de seis veces para 2029 si Estados Unidos retira su apoyo al mayor programa mundial de lucha contra el sida. La crisis pondría en riesgo la vida de millones de personas y favorecería la aparición de cepas más resistentes del virus.
En una entrevista con The Associated Press, Byanyima explicó que los casos de VIH han disminuido significativamente en los últimos años, con solo 1.3 millones de nuevas infecciones en 2023, lo que representa una reducción del 60% desde el pico de la epidemia en 1995. Sin embargo, alertó que si EE.UU. congela su asistencia, la situación podría revertirse dramáticamente.
Desde el anuncio del expresidente Donald Trump sobre la suspensión de la ayuda internacional por 90 días, las proyecciones indican que para 2029 habría 8.7 millones de nuevas infecciones por VIH. Además, las muertes relacionadas con el sida podrían aumentar diez veces, alcanzando los 6.3 millones de decesos, y 3.4 millones de niños adicionales quedarían huérfanos.
"Veremos un aumento en esta enfermedad", señaló Byanyima desde Uganda. "Esto costará vidas si el gobierno estadounidense no cambia de opinión y mantiene su liderazgo".
Byanyima destacó que la retirada de fondos ha generado "pánico, miedo y confusión" en países africanos severamente afectados por el VIH. En Kenia, por ejemplo, 550 trabajadores dedicados a la atención del VIH fueron despedidos de inmediato, mientras que en Etiopía miles de trabajadores quedaron sin empleo, afectando la capacidad de respuesta de los sistemas de salud.
Según la directora de ONUSIDA, la financiación externa, mayoritariamente proveniente de EE.UU., representa hasta el 90% de los presupuestos para programas de VIH en algunos países. "Casi 400 millones de dólares van a países como Uganda, Mozambique y Tanzania", detalló.
"Podemos trabajar con (los estadounidenses) sobre cómo disminuir su contribución si así lo desean", afirmó Byanyima, pero insistió en que un retiro abrupto sería devastador. Comparó la situación con el retraso que sufrieron los países pobres en el acceso a los antirretrovirales salvavidas, lo que marcó una de las mayores crisis en la historia de la lucha contra el VIH.
La directora de ONUSIDA también advirtió que este recorte llega en un momento crítico, cuando la ciencia ha desarrollado nuevas herramientas de prevención, como el lenacapavir. Esta inyección semestral, comercializada como Sunlenca por la farmacéutica estadounidense Gilead, ha demostrado ofrecer protección total contra el VIH en mujeres y una eficacia casi igual de alta en hombres.
El uso masivo de esta inyección, combinado con otras estrategias de prevención, podría ayudar a erradicar el VIH como problema de salud pública en los próximos cinco años. Sin embargo, la falta de financiamiento amenaza con frenar este avance.
La comunidad internacional ahora enfrenta un dilema: mantener los logros alcanzados en la lucha contra el VIH o retroceder décadas en un problema de salud global.
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