Síntomas como los calores nocturnos, exacerban los signos depresivos debido al desespero que viven las pacientes.
Según la literatura médica, la menopausia, mucho más allá de ser simplemente una etapa en la vida de las mujeres, es una serie de cambios a niveles fisiológicos debido a la disminución de los niveles del estrógeno y la progesterona marcando el fin de la menstruación y de la etapa reproductiva.
Sin embargo, las afectaciones de estos cambios también influyen en los distintos sistemas del cuerpo, así como en el estado de ánimo.
"No solamente el cómo me siento, sino cómo actúo", mencionó la Dra. Enid López, psicóloga. "Nos afectamos en términos de cómo pensamos, cómo actuamos. Lo que antes no le molestaba, en esta etapa probablemente comience a molestar y, por ende, trae conflictos a nivel de entorno, del funcionamiento diario y laboral".
En mujeres con predisposición genética o antecedentes de depresión y ansiedad, durante esta etapa tienden a sufrir una exacerbación de la sintomatología asociada a estas condiciones.
"Esos síntomas se van a alterar totalmente por la combinación de factores: no duermen, no se alimentan bien, inclusive, disminuye la líbido, afecta la relación pareja, con los hijos. Por ende, los síntomas de ansiedad y depresión aumentan".
Además, debido a la aparición de calores nocturnos, también se exacerban los signos depresivos por el desespero, insomnio y el posible olvido de las cosas.
"Ahí es donde entramos nosotros como educadores y psicólogos, a trabajar ese proceso porque, al afectarse la autoestima, hay más probabilidad de que la depresión o la ansiedad se prolonguen".
Además de los síntomas físicos, como los calores, la sudoración excesiva o los sofocos, la menopausia también implica una serie de cambios o procesos que pueden llegar a ser vergonzosos debido al estigma que aún prevalece en la actualidad.
"Muchas veces se ve a la mujer en esa etapa con el estigma de que ya no va a ser la misma y, a nivel sexual, ya no hay un funcionamiento adecuado". Sin embargo, esto es un mito, según la Dra. López.
"Tenemos las estrategias, existe la correlación entre la medicina, la psicología y la psiquiatría para trabajar esos aspectos".
La integración de las diferentes disciplinas de la medicina, así como la etapa de la menopausia en la que se encuentre y la disposición de la paciente, van a generar una comunicación integral que es importante.
"Este tipo de tratamiento nos ayuda bastante. También una buena alimentación, porque hay una tendencia a engordar, entonces comenzamos con la autoestima baja".
"Las mujeres debemos tener siempre alguien con quien dialogar", aseveró. "Y romper con esos mitos de ´no quiero que nadie se entere de que estoy pasando por este proceso´, porque definitivamente todas vamos a pasar por este proceso más temprano o más tarde".
De hecho, explica la Dra. López, que si se realiza terapia de grupo en estos casos, es más fácil poder expresar emociones y sentimientos.
"Ese proceso familiar en conjunto de hablar dónde estoy y cómo estoy, es importante", concluyó.