No todos los bebés y niños desarrollan su pronunciación con la misma agilidad. Desde casa podemos ayudarlos a que sus habilidades del lenguaje progresen.
Todos los padres esperan escuchar las primeras palabras de su hijo con ansias y emoción. Cuando un bebé comienza a hablar, se abre el que será el mejor canal de comunicación y el que le facilitará su conexión con el mundo que lo rodea.
Sin embargo, no todos los bebés y niños desarrollan las habilidades del lenguaje, especialmente la pronunciación, con la misma agilidad. El hecho de que los padres hayan hablado y aprendido gran vocabulario a cierta edad, no significa que con su su hijo ocurra lo mismo.
Pero no hay que perder la paciencia. Si eres mamá o papá y quieres ayudar a tu hijo a mejorar su pronunciación, en este artículo puedes encontrar una serie de ejercicios musicales diseñados para superar la dislalia infantil, nombre científico de la dificultad para pronunciar. La gran ventaja que tiene este método es su carácter lúdico, así parecerá más un juego que una terapia del lenguaje y pasará desapercibida para el bebé.
Lo esencial es establecer relaciones entre imágenes y sonidos
Los fonoaudiólogos ,y otros terapistas que tratan los problemas de pronunciación, afirman que lo más importante es hacer que el niño establezca asociaciones entre imágenes y sonidos. Esto es fundamental porque es lo que permite nombrar los elementos del entorno e interactuar con él. Para facilitar este proceso recomiendan las siguientes alternativas:
Jugar con la lengua y los labios: establecer un tiempo con el bebé y niño para ejercitar los músculos de la cara, imitar sonidos y decir palabras. La idea es alentar a que el niño pronuncie las palabras o los sonidos que se le dificultan más. Poco a poco, con perseverancia y paciencia, se ven resultados.
Libros, historietas y láminas sonorizadas: en librerías se encuentran estos libros. Su objetivo principal es que los bebés y los niños reconozcan a los personajes, usualmente animales, con el sonido que emiten. Así, el niño aprenderá muy rápido que los perros hacen 'guau', los pollitos 'pío-pío'.
Cantar y escuchar música en diferentes ritmos: cantar a menudo con los bebés y los niños ayuda a que 'suelten la lengua', identifiquen sonidos y mejoren la pronunciación de sonidos, palabras además de adquirir nuevo vocabulario. Por otro lado, también sirve para identificar los gustos particulares del bebé o niño.
Si bien estas técnicas lúdicas son un apoyo para trabajar en casa las habilidades de los menores, si las dificultades en pronunciación causan problema en la vida cotidiana es mejor consultar a un especialista.