Algunos tipos de hepatitis, cirrosis o el hígado graso no alcohólico pueden desencadenarlo.
El cáncer de hígado comienza en las células hepáticas que tienen la función de producir la bilis, sustancia que ayuda en la descomposición de las grasas de los alimentos. El hígado almacena la energía del cuerpo y limpia la sangre, proceso que se ve afectado cuando ocurre el cáncer.
De acuerdo con Mayo Clinic, esta enfermedad se puede dar en tres tipos: el cáncer de células hepáticas, el carcinoma hepatocelular y el cáncer primario de hígado, el cual se puede presentar en niños y adultos.
Manifestaciones del cáncer de hígado
Entre los síntomas que puede generar, el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. (NCI), refiere que los más comunes son:
Masa o bulto duro en el lado derecho debajo de las costillas.
Malestar en la parte superior derecha del abdomen.
Hinchazón del abdomen.
Dolor alrededor de la escápula derecha o en la espalda.
Ictericia (la piel y la parte blanca de los ojos se vuelven amarillentos).
Moretones o sangrados que aparecen con facilidad.
Cansancio y debilidad anormales.
Náuseas y vómitos.
Pérdida del apetito o sensación de estar lleno después de comer porciones pequeñas.
Pérdida de peso por motivos desconocidos.
Heces blancas, parecidas al yeso y orina oscura.
Fiebre.
Sin embargo, cabe mencionar que la mayoría de las personas no tienen signos ni síntomas en las primeras etapas del cáncer primario de hígado.
"La detección es la búsqueda de un cáncer antes de que la persona presente algún síntoma. Es posible que esto ayude a encontrar el cáncer en un estadio (etapa) temprano. Cuando el tejido anormal o el cáncer se encuentra temprano, tal vez sea más fácil de tratar", indica el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU.
Factores de riesgo del cáncer de hígado
Como en la mayoría de cánceres, existen factores de riesgo modificables y no modificables que aumentan la predisposición a padecerlos. En el cáncer de hígado los principales son:
Algunos de los factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer primario de hígado son los siguientes:
Infección crónica por el virus de la hepatitis B o el virus de la hepatitis C. Cirrosis. Esta afección progresiva e irreversible hace que se forme tejido cicatricial en el hígado. Ciertas enfermedades hepáticas hereditarias, diabetes, enfermedad del hígado graso no alcohólico y consumo excesivo de alcohol.
La exposición a aflatoxinas también es un factor de riesgo identificado. Las aflatoxinas son venenos producidos por mohos que crecen en cultivos mal almacenados y pueden terminar en los alimentos elaborados con estos productos.
Tratamiento del cáncer de hígado
Entre los exámenes de detección están las ecografías, las tomografías y los biomarcadores. Los tratamientos pueden variar debido a lo que necesite el paciente.
La enfermedad se puede tratar con cirugía, un trasplante de hígado, terapia de ablación, terapia de embolización, terapia dirigida, la inmunoterapia, la radioterapia y los ensayos clínicos.
En la terapia de ablación, se extrae o se destruye tejido. Existen distintos tipos: ablación por radiofrecuencia, terapia con microondas, inyección percutánea de etanol, crioablación y terapia de electroporación.
Fuente consultada aquí.