Actualmente hay tratamientos de inmunoterapia los cuales inhiben la proteína BCL2, encargada de evitar que la célula maligna muera.
En la tercera edición de ´Puerto Rico Contra el Cáncer´ evento realizado por la Revista de Medicina y Salud Pública en alianza con el Hospital Auxilio Mutuo se abordaron temáticas relacionadas con los tipos de cáncer de la sangre y médula ósea que afectan principalmente a los linfocitos, un tipo de glóbulo blanco presente en nuestro flujo sanguíneo.
Para profundizar al raspecto, conversamos con el director médico del Centro de Cáncer del Hospital Auxilio Mutuo, y profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, Dr. Fernando Cabanillas, quien abordó el tema desde su experiencia y vasto conocimiento en el área de la hematología oncología.
Según señala el especialista respecto a las leucemias crónicas: "Este tipo de cáncer se presenta en la sangre y se origina en los linfocitos, la cual tiene un curso clínico menos agresivo que las agudas, de hecho, cerca del 40% de las personas no saben que tienen leucemia crónica y linfocítica y se enteran por medio de un examen realizado para verificar otra condición".
De igual manera, apunta que este porcentaje de personas regularmente no presentan síntomas, sin embargo, las personas que sí, pueden tener ganglios linfáticos agrandados ya sea en el cuello, la axila o las áreas inguinales, sin registrar dolencias; cuando se presentan con anemias, pueden sentir cansancio.
En el caso de las dolencias o signos de dolor, aclara que: "se presenta dolor en la parte superior izquierda del abdomen porque esa es la ubicación del vaso y este tiende a agrandarse con esta enfermedad. En casos avanzados, puede haber sudoración nocturna y pérdida de peso, y en estos casos la leucemia puede estar avanzada a un proceso más agresivo, lo que llamamos una transformación de Richter y se convierte en un Linfoma no Hodgkin agresivo".
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En muchos casos no es necesario comenzar a realizar tratamientos iniciales, puesto que esta condición puede crecer, pero con muy poca celeridad: "Al principio no es necesario tratar el paciente, sino que asumimos lo que llamamos vigilancia activa o terapéutica. Los pacientes no necesitan tratamiento porque el tipo de enfermedad es de muy lento crecimiento y después que tengan las plaquetas sobre 100 mil y la hemoglobina sobre 10, sin tener síntomas, solo se mantiene una observación cercana", apuntó el Dr. Cabanillas.
En cuanto a los tratamientos desarrollados para manejar esta condición el director médico del Centro de Cáncer del Hospital Auxilio Mutuo destaca que para fortuna de las personas que lo necesitan, han llegado muchos avances y tratamientos que, en la actualidad, permiten evitar la quimioterapia y sus efectos secundarios en muchos casos.
"Anteriormente lo único que había era la quimioterapia y esta tiene muchos efectos secundarios que pueden ser bastante serios. Hoy en día, tenemos la terapia dirigida en los que utilizamos más comúnmente como los inhibidores de BTK - Tirosina Quinasa de Bruton por sus siglas en inglés - la cual es una molécula que participa en las señales que manda desde la superficie del linfocito, en la célula maligna, al núcleo, indicando que hay que dividirse, por lo que evitamos que se manden estas señales", explicó el doctor Cabanillas.
Adicionalmente, manifiestó que hay tratamientos de inmunoterapia con medicamentos como rituximab o venetoclax, los cuales inhibe la proteína BCL2, encargada de evitar que la célula maligna muera.
Finalmente, el Dr. Cabanillas concuerda con las personas que creen que esta condición no tiene cura, sin embargo, expresa que los resultados de tratamiento que se ven actualmente son tan exitosos que la mayoría de pacientes pueden alcanzar la remisión completa por el resto de sus vidas, lo que podría apuntar a que es "curable", aunque no se tenga un seguimiento prolongado para afirmar contundentemente esto.