La migraña no solo causa dolor, sino que también afecta la función cognitiva durante los ataques.
Como es bien sabido, la migraña es una enfermedad debilitante que afecta a millones de personas en todo el mundo.
En Puerto Rico, si bien no se han realizado muchos estudios referentes a la prevalencia de esta condición, la Dra. Franchesca Fiorito señaló, en una conversación exclusiva con la Revista Medicina y Salud Pública, que cerca de medio millón de puertorriqueños va a tener un diagnóstico de migraña como mínimo.
Esta condición tiene una base genética que involucra procesos complejos a nivel neuronal. Según la Dra. Paula Cavanzo, neuróloga experta en migraña y dolor de cabeza, "se ven implicadas estructuras cerebrales donde se realiza la liberación de neurotransmisores como el tallo cerebral, el hipotálamo, el locus cerúleo y el sistema trigémino-vascular".
Actualmente se adelantan algunas investigaciones para encontrar más componentes fisiológicos que contribuyen a la manifestación de esta condición, aunque se tienen en conocimiento que neurotransmisores como el péptido relacionado con el gen de la calcitonina, la serotonina, la dopamina y la histamina están implicados en su desarrollo.
La literatura médica señala que la migraña es más común en mujeres que en hombres, incluso, se cree que el 75% de los casos de migraña ocurren en féminas, y lo cierto es que esto tiene que ver con la fluctuación de los niveles hormonales a lo largo del ciclo menstrual y en la menopausia, pues son condicionantes importantes de la aparición y severidad de los ataques.
"Las variaciones de estrógenos y progesterona explican por qué muchas mujeres experimentan un empeoramiento durante la menstruación o la menopausia", explicó.
Una de las dificultades del diagnóstico temprano de la migraña radica en la identificación de los síntomas prodrómicos.
"Estos síntomas, que ocurren días antes del dolor, incluyen bostezos, fatiga y cambios de humor. Sin embargo, suelen ser difíciles de asociar a la migraña porque no están acompañados de dolor", explicó.
Por otro lado, las auras, que son señales más inmediatas de un ataque, permiten iniciar un tratamiento precoz y evitar complicaciones graves. "Las auras pueden ser visuales, como ver luces brillantes o formas geométricas, o afectar el habla y la función motora, pero siempre son reversibles", aclaró.
La migraña no solo causa dolor, sino que también afecta la función cognitiva durante los ataques.
"Los pacientes encuentran difícil pensar, procesar información e incluso recordar detalles importantes", mencionó. Además, la migraña crónica puede aumentar el riesgo de trastornos del ánimo, problemas cardiovasculares y reducir la calidad de vida.
La tecnología ha sido clave en el estudio de la migraña. "La resonancia funcional, el PET scan y la espectroscopía nos permiten observar qué estructuras cerebrales están afectadas durante los ataques y evaluar la respuesta a los tratamientos", señaló la neuróloga.
Respecto a las nuevas estrategias preventivas, la Dra. Cavanzo destacó la importancia de los cambios en el estilo de vida.
"Mantener una buena higiene del sueño, una alimentación equilibrada y controlar la salud hormonal, especialmente en mujeres, son claves para prevenir las complicaciones", indicó.
Asimismo, resaltó que la intervención temprana es crucial para evitar la cronicidad de la enfermedad.