Identifican biomarcadores en sangre y líquido cefalorraquídeo que predicen la esclerosis múltiple

El estudio también revela factores protectores inesperados, como la exposición solar reciente y una fuerte inmunidad contra citomegalovirus, que podrían reducir la progresión clínica.

Katherine Ardila

    Identifican biomarcadores en sangre y líquido cefalorraquídeo que predicen la esclerosis múltiple

    Un equipo liderado por el Hospital Vall d´Hebron de Barcelona ha identificado una serie de biomarcadores que podrían predecir qué pacientes diagnosticados con el Síndrome Radiológicamente Aislado (RIS) tienen mayor riesgo de presentar síntomas clínicos de esclerosis múltiple (EM). 

    El RIS corresponde a hallazgos radiológicos incidentales —lesiones cerebrales compatibles con EM— que se detectan en personas que se someten a una resonancia magnética por motivos no relacionados con síntomas neurológicos.

    Según indicó el hospital mediante un comunicado, investigaciones previas ya habían demostrado que aproximadamente un 34% de los pacientes con RIS desarrolla síntomas de EM a los cinco años del diagnóstico, una proporción que supera el 50% a los diez años. 

    Ante este panorama, los investigadores destacan la relevancia de poder identificar, desde etapas tempranas, a los pacientes con mayor riesgo: "este estudio permitirá identificar y ofrecer tratamiento precoz con valor preventivo a las personas con más riesgo de desarrollar síntomas".

    Análisis de más de 270 pacientes durante cinco años

    El trabajo, publicado en JAMA Neurology, fue coordinado por Manuel Comabella y Xavier Montalban, del Centro de Esclerosis Múltiple de Catalunya y del Servicio de Neurología del Hospital Vall d´Hebron, en colaboración con el grupo de Neuroinmunología Clínica del Vall d´Hebron Institut de Recerca (VHIR). 

    El estudio siguió durante más de cinco años a 273 pacientes diagnosticados con RIS, analizando múltiples variables: desde datos clínicos y ambientales, hasta neuroimagen y biomarcadores obtenidos por medio de sangre, punción lumbar o nuevas resonancias magnéticas.

    Uno de los hallazgos clave fue la asociación entre niveles elevados en sangre de neurolamentos de cadena ligera (sNfL) —proteínas intracelulares que se liberan en casos de daño neuronal— y el riesgo de aparición de síntomas

    Asimismo, en el líquido cefalorraquídeo, la presencia de bandas oligoclonales de IgG fue un marcador relevante, sobre todo si coincidía con bandas oligoclonales de IgM. Además, un índice elevado de cadenas ligeras kappa libres (KFCL) también se asoció a mayor riesgo.

    Predicción del riesgo y factores protectores

    Combinando los diferentes marcadores, el equipo elaboró un modelo predictivo. Así, se observó que tener niveles elevados de sNfL junto con bandas oligoclonales de IgG se relacionaba con un 58,3% de probabilidad de desarrollar síntomas de EM a cinco años. El riesgo aumentaba al 78,1% si también estaban presentes bandas de IgM, y alcanzaba el 81,6% entre los pacientes más jóvenes —de 37 años o menos.

    Por otro lado, el estudio también identificó factores con posible efecto protector. En concreto, "haber tenido una alta exposición solar el año anterior al diagnóstico de RIS y presentar una intensa respuesta inmune de anticuerpos contra el citomegalovirus reducía el riesgo de desarrollar síntomas de EM", concluyeron los investigadores. 

    Esta línea de trabajo abre la puerta a estrategias de prevención temprana y un enfoque más personalizado del riesgo en pacientes con hallazgos fortuitos, que hasta ahora eran considerados únicamente observacionales.




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