El cansancio persistente, los dolores de cabeza constantes, la debilidad y las horas de sueño interrumpidas podrían ser indicios de un trastorno neurológico crónico que afecta la capacidad del cerebro para regular los ciclos de sueño y vigilia.
Una paciente de 27 años presentó una historia clínica caracterizada por cefaleas constantes y cansancio excesivo que había experimentado desde la adolescencia. Inicialmente, los dolores de cabeza desaparecían tras dormir, pero en los últimos años, su trabajo como auxiliar administrativa en un centro de entrenamiento deportivo, donde también participaba en actividades físicas, le había impedido descansar adecuadamente.
Esta situación la llevó a sufrir dolores de cabeza constantes, leves, que afectaban toda la cabeza y se acompañaban de somnolencia. Sin embargo, y a pesar de su sintomatología, nunca había recurrido a tratamientos farmacológicos, y sus dolores de cabeza solían aliviarse después de una siesta o una noche de sueño.
Además de los dolores de cabeza, la paciente de este caso, presentado por la Dra. Heidi Moawad Neuróloga; Editora Asociada, Sección de Humanidades, Neurology; Profesora adjunta, Case Western Reserve University and John Carroll University, Cleveland, Ohio, Estados Unidos, refirió cansancio constante, que le hacía quedarse dormida en su lugar de trabajo varias veces a la semana.
Inicialmente, la paciente fue sometida a una serie de pruebas diagnósticas que, a nivel físico, no revelaron ninguna anomalía evidente, y tanto un panel metabólico completo como las pruebas funcionales tiroideas arrojaron resultados normales.
También fue sometida a una resonancia magnética cerebral en la que tampoco se evidenciaron anormalidades.
Ante la persistencia de los síntomas, se optó por referirla a un especialista del sueño para realizar un estudio del sueño nocturno y una prueba de latencia múltiple del sueño. Los resultados indicaron una latencia de sueño corta con inicio rápido del sueño REM durante las siestas, lo que fue clave para diagnosticar narcolepsia de tipo 2.
La narcolepsia es un trastorno neurológico crónico que afecta la capacidad del cerebro para regular los ciclos de sueño y vigilia, lo que provoca que las personas que la padecen experimenten somnolencia extrema durante el día, incluso después de haber descansado lo suficiente por la noche.
Aunque al despertarse pueden sentirse descansadas, a lo largo del día es común que vuelvan a sentirse muy cansadas, lo que dificulta sus actividades diarias.
Al dormir, por lo general, se atraviesan varias fases del sueño antes de entrar en la fase de movimientos oculares rápidos (REM), que es cuando ocurren los sueños y el cerebro "desactiva" temporalmente los músculos para evitar que el cuerpo reaccione físicamente a los sueños.
Este proceso suele tardar entre 60 y 90 minutos en un ciclo de sueño normal.
Sin embargo, en personas con narcolepsia, esta transición ocurre de manera anormalmente rápida, a veces en tan solo 15 minutos. Además, los síntomas característicos del sueño REM, como la debilidad muscular y los sueños vividos, pueden ocurrir cuando están despiertos o estar ausentes durante el sueño, lo que explica por qué algunos narcolépticos experimentan alucinaciones o episodios de parálisis del sueño cuando están conscientes.
El tratamiento prescrito fue modafinilo, un medicamento de primera línea para esta condición. Tras iniciar el tratamiento, la paciente experimentó una mejora notable en sus síntomas, sintiéndose menos somnolienta durante el día y pudiendo participar en actividades de ocio durante los fines de semana. Seguía acostándose temprano los días laborables y tomó medidas adicionales para manejar su condición, como seguir un horario regular de sueño y tomar siestas breves durante su pausa laboral.
Sin embargo, a pesar de la mejora en su calidad de vida, la paciente expresó preocupaciones sobre cómo su condición podría afectar su futuro.
La Dra. Heidi Moawad ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
