El reloj biológico interno que regula diversos procesos fisiológicos, sufre interrupciones en aproximadamente el 80% de las personas que padecen esta enfermedad.
Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego ha revelado que la restricción de tiempo en la alimentación podría ser una estrategia eficaz para corregir las interrupciones del ritmo circadiano observadas en la enfermedad de Alzheimer.
El ritmo circadiano, conocido como el reloj biológico interno que regula diversos procesos fisiológicos, sufre interrupciones en aproximadamente el 80% de las personas que padecen esta enfermedad, lo que resulta en dificultades para dormir y un empeoramiento de la función cognitiva durante la noche.
El estudio se basó en experimentos con ratones, utilizando un ayuno intermitente. Aquellos ratones que fueron alimentados siguiendo un horario restringido, en el cual se les permitía comer solo durante un período de seis horas al día, en humanos, esto se traduciría en unas 14 horas de ayuno cada día.
Los ratones demostraron mejoras significativas en su memoria, menor hiperactividad en la noche y una reducción en la acumulación de proteínas amiloides en el cerebro. Las proteínas amiloides son conocidas por ser un factor en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
La autora principal del estudio, Paula Desplats, PhD, quien es profesora del Departamento de Neurociencias de la Facultad de Medicina de UC San Diego, destacó que este enfoque de tratamiento podría ser una solución prometedora para las interrupciones circadianas observadas en la enfermedad de Alzheimer.
Además, Desplats señaló que, a pesar de que durante mucho tiempo se pensó que las alteraciones circadianas eran una consecuencia de la neurodegeneración, este estudio sugiere que podrían ser un impulsor clave de la patología del Alzheimer.
Es una enfermedad que aún no se ha logrado tratar por completo
La enfermedad de Alzheimer es un desafío significativo para la salud, afectando a más de 6 millones de estadounidenses, y se espera que continúe siendo un desafío creciente en el futuro.
Los síntomas de la enfermedad, como alteraciones en los ritmos circadianos, cambios en el patrón de sueño/vigilia, deterioro cognitivo nocturno y dificultades para conciliar el sueño, contribuyen a la necesidad de cuidados especializados, como hogares de ancianos.
El enfoque de restricción de tiempo en la alimentación se ha destacado como una estrategia potencialmente accesible para abordar estas interrupciones circadianas en la enfermedad de Alzheimer.
Los resultados del estudio, que revelaron mejoras en la memoria, la función cognitiva y los patrones de sueño de los ratones, ofrecen un indicio alentador de que esta estrategia podría traducirse en beneficios similares para los pacientes humanos. Los investigadores planean explorar más a fondo esta posibilidad mediante ensayos clínicos en humanos, lo que podría ofrecer una nueva vía de tratamiento y mejora en la calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad.
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