La diabetes tipo 5 podría estar afectando en la actualidad entre 20 y 50 millones de adolescentes y adultos ubicados en países de bajos ingresos de todo el mundo.
La Federación Internacional de Diabetes ha reconocido oficialmente a la diabetes tipo 5, décadas después de haber sido identificada por primera vez en países de desarrollo.
Específicamente desde 1955 fue documentada, pero desde ahora se cataloga como una enfermedad, ya que anteriormente muchos pacientes fueron mal diagnosticados con diabetes tipo 1, lo cual puede resultar en tratamientos inadecuados e ineficaces.
Es una forma grave de diabetes causada por desnutrición crónica, que afecta principalmente a jóvenes delgados en países con dificultades socioeconómicas, especialmente en regiones de Asia y África, y se caracteriza por una deficiencia severa de insulina y un desarrollo pancreático incompleto.
A diferencia de la diabetes tipo 2, relacionada con la resistencia a la insulina, o la tipo 1, de origen autoinmune, la tipo 5 surge principalmente por un desarrollo pancreático deficiente debido a la desnutrición durante la infancia o adolescencia.
Un origen nutricional y genético
Además del vínculo con la malnutrición, la diabetes tipo 5 tiene un componente genético. Se ha rastreado una mutación hereditaria que puede transmitirse de padres a hijos, con un 50 % de probabilidades de que los descendientes la desarrollen si uno de los progenitores porta el gen afectado.
Este tipo de diabetes fue documentado por primera vez en 1955 en Jamaica y más tarde reconocida brevemente por la OMS en los años 80 como "diabetes relacionada con la desnutrición". Sin embargo, fue eliminada de las clasificaciones oficiales en 1999 por falta de evidencia científica suficiente.
Riesgo de diagnósticos erróneos
Una de las grandes preocupaciones es que muchos pacientes con diabetes tipo 5 son mal diagnosticados con diabetes tipo 1, lo que lleva a tratamientos inapropiados.
Por ejemplo, se les administra insulina en dosis elevadas que su organismo no necesita, lo que puede provocar graves consecuencias e incluso poner en riesgo su vida.
Durante el Congreso Mundial de Diabetes 2025, celebrado en Bangkok, el presidente de la FID, Peter Schwarz, anunció la creación de un grupo de trabajo internacional para establecer criterios diagnósticos oficiales y directrices terapéuticas específicas para la diabetes tipo 5.
También se desarrollará un registro global de casos y módulos de formación para personal sanitario. El equipo será liderado por la Dra. Meredith Hawkins, del Albert Einstein College of Medicine (EE. UU.), y el Dr. Nihal Thomas, del Christian Medical College de Vellore (India).
Actualmente no existe un tratamiento estandarizado para esta forma de diabetes. Según la Dra. Hawkins, la esperanza de vida tras el diagnóstico es muy baja, con muchos pacientes falleciendo en el primer año.
Las recomendaciones actuales incluyen dietas ricas en proteínas, bajas en carbohidratos y una corrección intensiva de deficiencias de micronutrientes.