La paciente no presentaba antecedentes ginecológicos importantes. Refirió ciclos menstruales regulares y 3 partos por cesárea.
Paciente femenina de 43 años, sin antecedentes de dismenorrea, dolor pélvico, ni historial familiar o médicos significativos, se presentó en el servicio de urgencias por un dolor tipo cólico hipogástrico intenso y sangrado transvaginal de inicio agudo.
Sus antecedentes obstétricos y ginecológicos incluían menarquia (primera regla) a los 14 años, ciclos menstruales regulares, 3 embarazos con cesárea y método actual de planificación familiar de oclusión tubárica bilateral 8 años antes, tras el último evento obstétrico.
La exploración física de la paciente reveló un abdomen plano tras los movimientos respiratorios, ausencia de lesiones cutáneas con cicatriz de cesárea, dolor a la palpación superficial y profunda en la región hipogástrica, y ninguna evidencia de irritación peritoneal o tumores palpables.
El examen con espéculo reveló una vagina rosada con restos de sangre y expulsión de tejido (forma endometrial) en el cuello uterino externo, que se extrajo con pinzas anulares.
El tejido tenía el aspecto de un molde endometrial completo de la cavidad uterina. Tras la extracción del tejido, la paciente experimentó un alivio del dolor y una mejoría clínica inmediata. El tejido se colocó en un frasco de formol y se envió al Departamento de Anatomía Patológica para el diagnóstico histopatológico.
El examen histopatológico confirmó las características microscópicas de la dismenorrea membranosa, mostrando tejido endometrial pre-decidualizado con vasos dilatados y congestionados.
La paciente fue dada de alta del Servicio de Urgencias y remitida mensualmente a la consulta externa. No experimentó nuevos episodios tras 3 ciclos menstruales consecutivos, por lo que se decidió darla de alta con citas abiertas en el Servicio de Urgencias.
La dismenorrea, o menstruación dolorosa, es una entidad ginecológica que afecta a entre el 16% y el 91% de las mujeres en edad reproductiva. Sin embargo, su fisiopatología aún no se conoce completamente.
Esta afección se caracteriza por presentarse principalmente al principio del ciclo menstrual y se clasifica en dolor abdominal primario, de tipo cólico y bajo durante la menstruación, y no se asocia a otras enfermedades o patologías. Por el contrario, la dismenorrea secundaria suele estar asociada a otra patología dentro o fuera del útero como la endometriosis o los fibroides uterinos.
Ahora bien, la dismenorrea membranosa se caracteriza por el desprendimiento del endometrio, que puede mantener la forma del útero. El diagnóstico definitivo se realiza mediante el examen histopatológico del tejido expectorado, que muestra un endometrio con abundante estroma pre-decidualizado, con células alargadas infiltradas por células polimorfonucleares y glándulas revestidas por células cuboidales sin atipia.
Entre las posibles causas se encuentra la teoría del hiperestrogenismo ya que, en algunos casos, se ha observado que la expulsión del tejido esponjoso decidualizado se produce tras el uso de progesterona.
Otra hipótesis es un aumento generalizado de la secreción de progesterona y estrógenos, con el consiguiente engrosamiento del endometrio, expulsión incompleta del tejido y sobredesarrollo de las arterias espirales, lo que provoca vasodilatación, seguida de vasoconstricción y descamación del endometrio sobredesarrollado.
Hay pocas publicaciones sobre esta entidad porque es una patología de baja incidencia en mujeres mayores de 40 años. Este caso fue una presentación atípica según otros reportes de casos, ya que no se encontraba en la adolescencia ni anticonceptivos hormonales que pudieran haber influido en la aparición de la dismenorrea membranosa; sin embargo, las características clínicas y su asociación con esta patología son similares.
Las características clínicas y su asociación con esta patología permitieron el diagnóstico y su confirmación por histopatología.
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