Durante la evaluación del paciente se reveló distensión abdominal en el examen físico
El diagnóstico preoperatorio del síndrome del capullo abdominal sigue siendo difícil para los médicos a pesar de las herramientas de diagnóstico actuales, recalca nuevamente la literatura a través de un caso reportado en el European Journal of Case Reports Internal Medicine.
El síndrome, también llamado peritonitis encapsulante esclerosante, es una condición rara asociada con signos clínicos de disfunción intestinal, episodios de obstrucción del intestino delgado y, en ocasiones, una masa abdominal palpable. La membrana es gruesa y fibrótica como si fuera un capullo, la cual involucra intestino delgado y en ocasiones alcanza a cubrir estómago, colon, hígado y bazo.
Precisamente, profesionales de la salud de la medicina europea presentaron el caso de un paciente masculino de 46 años con signos clínicos de obstrucción intestinal causados por peritonitis encapsulante esclerosante primaria ante la presencia del síndrome del capullo abdominal, como un intento nuevo de concienciar sobre este tipo de escenarios.
El paciente ingresó a una consulta de cirugía digestiva por síntomas de dolor abdominal, náuseas, vómitos y una masa en el abdomen que él mismo había descubierto. Su historial clínico no era significativo.
Sin embargo, dos o tres veces en el pasado había experimentado ataques de dolor abdominal, náuseas y vómitos que remitieron espontáneamente dentro de 1 a 2 días después del inicio, describen.
Durante la evaluación del paciente se reveló distensión abdominal en el examen físico, movimientos intestinales hipoactivos y una masa palpable en el cuadrante superior izquierdo del abdomen. Los análisis de sangre no mostraron anomalías.
De otra parte, la tomografía computarizada (TC) abdominal mostró dilatación del estómago y de la primera, segunda y tercera porción del duodeno, y una cápsula que rodeaba las asas intestinales - problema intestinal que ocurre cuando los alimentos digeridos se demoran a través del tubo digestivo-.
La enterografía por resonancia magnética (RM) mostró vaciamiento gástrico retardado, dilatación y estenosis duodenal y engrosamiento de la pared de los segmentos yeyunales proximales, añaden.
Por tal razón, se interrumpió la ingesta oral y se introdujo la nutrición parenteral total. Después del reemplazo de líquidos, se realizó una laparotomía exploradora. Intraoperatoriamente, se observó que el hígado y el bazo se habían adherido al diafragma. El intestino delgado estaba encapsulado con una gruesa membrana fibrosa desde el ligamento de Treitz -estructura en realidad músculo-ligamentosa que se dirige desde el pilar diafragmático derecho del esófago hasta la unión duodeno-yeyunal- hasta el íleon terminal, detallan.
Precisamente, además, durante la evaluación intraoperatoria se hallaron que los movimientos intestinales estaban restringidos y la longitud del intestino delgado era más corta de lo habitual. Se liberó el intestino con adhesiolisis -procedimiento mínimo invasivo realizado ante una adherencia- y se eliminó el saco membranoso, sostiene el caso.
El diagnóstico diferencial del paciente incluyó el síndrome de la arteria mesentérica superior y la enfermedad de Crohn. Ambos fueron excluidos con endoscopia digestiva alta, angiografía por tomografía computarizada de arteria mesentérica y enterografía por resonancia magnética.
Sin embargo, estos exámenes no indicaron la existencia del síndrome del capullo abdominal. Por tal razón, los médicos resaltan la importancia de la tomografía computadorizada como el método más importante para diagnosticar el síndrome del capullo abdominal.
A los 3 meses de seguimiento, la exploración física y la radiografía de abdomen no mostraron signos de obstrucción intestinal.
El diagnóstico preoperatorio del síndrome del capullo abdominal sigue siendo difícil para los médicos a pesar de las herramientas de diagnóstico actuales y, por lo general, es posible durante la laparotomía, recalcan. Los hallazgos de la TC deben examinarse cuidadosamente, ya que el también "signo de la coliflor" podría sugerir el síndrome del capullo abdominal antes de la operación, concluyen.
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