La joven pide a Dios mantenerse sana para compartir con su familia.
Stephanie Hernández es una puertorriqueña diagnosticada con cardiomiopatía hipertrófica, una condición con la que nació, pero no fue hasta que cumplió 27 años que recibió el diagnóstico y por ende, el tratamiento adecuado.
Narró de manera exclusiva a Medicina y Salud Pública, que al nacer a sus padres le dijeron que tenía un soplo, pero al crecer les indicaron que se trataba de una arritmia cardíaca. Con el pasar de los años su situación empeoraba y los tratamientos no tenían ningún efecto.
“Al llegar a la edad de 15 años creí que se trataba sobrepeso, y al empezar a hacer ejercicio todo fue peor, me desmayé y tuve una convulsión. El médico que me atendió me dijo que era estrés y que tenía que tomarme las cosas con calma”, relató.
En su afán de sentirse mejor, la joven continuó realizando actividad física y buscando tener una vida normal, pero los problemas continuaron y no fue sino hasta que la remitieron con el doctor Enrique Carrión, que pudo conocer la verdadera razón de su condición médica.
“Yo tenía 27 años, y él fue quién me encontró la miocardia hipertrófica, una condición donde el músculo del corazón se atrofia y se crece, esto no permite que el corazón bombee de manera normal”, explicó.
Precisó que a la fecha su salud no está el cien por ciento, aunque tiene dos cirugías de corazón y necesita un corazón nuevo porque su tratamiento consiste en 15 pastillas de 100 mg de atenolol, “este lo que hace es ayudar a bajar la presión en el corazón, según me indica el médico”.
“Tengo muchas limitaciones, no puedo bailar, caminar, me canso, pero aun así hago el sacrificio para compartir con mi familia y gracias a Dios todos me comprenden, especialmente mi pareja que ha sido un gran apoyo”, recalcó.
Explicó que aunque sabe que necesita un corazón nuevo, su mayor petición a Dios es que le ayude a sentirse mejor, porque reconoce que un nuevo órgano traería felicidad a su familia, pero significa el dolor para otra.
“Yo en el fondo de mi corazón no pido un nuevo órgano, porque aunque mi familia va a estar feliz, otra familia estará triste, así que yo le pido a Dios que me ayude a estar bien, que me dé calidad de vida. Que pueda vivir un poco más”, afirmó.
Cirugías: atención a su corazón
Stephanie indicó que ambas cirugías fueron un reto, pero la segunda fue más difícil para su recuperación.
“La primera vez que me operaron me picaron un lado del corazón, para que pueda bombear porque se pone muy duro. En la segunda cirugía me picaron del otro lado del corazón porque mis desmayos eran recurrentes, porque tras realizar varios estudios, encontraron que tenía obstruida una vena pulmonar. Estuve cinco días en cuidados intensivos, fue bien cuesta arriba salir de la segunda cirugía, ya lo logré; no me quejo del que tengo, pero sí me gustaría estar bien”, dijo.
Apoyo familiar
Stephanie reveló que ha sido duro, no solo a nivel económico, ya que el seguro no cubre todo, sino a nivel emocional, para su pareja, padres, hermanos y su hija. Sin embargo, aseguró que nunca se ha sentido sola y sabe que cuenta con ellos, aún en los días difíciles.
“No importa el diagnóstico que te den, lo que siempre vale es pedirle a Dios que no te quite las ganas de rendirte. A veces uno necesita que alguien lo escuche, a mí me pueden llamar porque cuando alguien no está enfermo, no puede entender por completo, pero entre nosotros nos podemos apoyar”, finalizó.
Vea la entrevista completa:
Cardiomiopatía hipertrófica
La miocardiopatía hipertrófica es una enfermedad en la que el músculo cardíaco tiene un engrosamiento anormal (hipertrofia). El engrosamiento del músculo cardíaco puede dificultar que este último bombee sangre.
A menudo, la miocardiopatía hipertrófica no se diagnostica porque muchas personas que la padecen tienen pocos síntomas, si los tienen, y pueden llevar una vida normal sin problemas significativos. Sin embargo, en algunas personas que padecen una miocardiopatía hipertrófica, el engrosamiento del músculo cardíaco puede causar falta de aliento, dolor en el pecho o problemas en el sistema eléctrico del corazón, lo que tiene como consecuencia ritmos cardíacos anormales que ponen en riesgo la vida (arritmias) o muerte repentina.
Causas
Por lo general, la miocardiopatía hipertrófica es causada por genes anormales (mutaciones genéticas) que producen un engrosamiento anormal del músculo cardíaco.
En la mayoría de las personas con miocardiopatía hipertrófica, la pared muscular (tabique) entre las dos cámaras inferiores del corazón (ventrículos) se vuelve más gruesa de lo normal. Como resultado, la pared más gruesa puede bloquear el flujo de sangre fuera del corazón. Esto se llama miocardiopatía hipertrófica obstructiva.
Prevención
Se desconoce cómo se puede prevenir la miocardiopatía hipertrófica. Pero es importante identificar la afección lo antes posible para guiar el tratamiento y evitar complicaciones.