Experto advierte sobre una crisis sin precedentes en la salud mental juvenil de la isla, donde ya se registran 951 hospitalizaciones este año comparado con 722 en 2024.

Puerto Rico enfrenta un aumento alarmante en las hospitalizaciones psiquiátricas de adolescentes que refleja una crisis de salud mental sin precedentes entre los jóvenes de la isla. Según datos exclusivos del Hospital San Juan Capestrano, las hospitalizaciones de adolescentes ya superaron en un 32% las cifras del año pasado, alcanzando 951 casos en lo que va de 2025, comparado con 722 en 2024.
En una entrevista exclusiva con la Revista Medicina y Salud Pública, el Dr. Ángel Alemán, neuropsicólogo clínico, analizó las dimensiones de esta crisis que está afectando a familias en toda la isla, desde áreas metropolitanas hasta pueblos rurales.
El Dr. Alemán, quien opera su práctica clínica Brain and Behavior Clinic en San Sebastián, confirmó que el problema trasciende las zonas urbanas.
"Estamos viendo un aumento súbito en estas poblaciones, en la ayuda que se busca inclusive en pueblos más rurales en Puerto Rico, donde usualmente el nivel y el uso de hospitalizaciones a nivel severo en centros psiquiátricos era un poco más baja que en otros lugares más metropolitanos de la isla", explicó el especialista.
Los datos revelan que los menores de 13 años en adelante representan ya un 15% de las 6,115 hospitalizaciones en Capestrano, comparado con un 12% el año pasado. A nivel ambulatorio, los servicios de salud mental para población pediátrica aumentaron de 677 casos en 2024 a 858 en 2025.
Según el análisis del Dr. Alemán, tres condiciones se repiten con mayor frecuencia en estas hospitalizaciones: depresión mayor severa, trastornos explosivos intermitentes y trastorno de ansiedad generalizada.
"Estamos viendo jóvenes con un estado de ánimo profundamente deprimido, con un estado de irritabilidad extrema, episodios de agresividad intensa y al mismo tiempo con niveles muy altos de preocupación, tensión y miedo", señaló el neuropsicólogo.
El especialista advirtió que la depresión en adolescentes no siempre se manifiesta como tristeza: "Muchas veces se manifiesta como apatía, irritabilidad, retraimiento social, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban". Frases como "estoy cansado del mundo" o "no le veo sentido a nada" son, según Alemán, "banderas rojas clínicas que requieren evaluación y seguimiento".
El Dr. Alemán contextualizó el problema dentro de la realidad socioeconómica de Puerto Rico. "Nuestros jóvenes han atravesado huracanes, terremotos, pandemias, migración masiva de familiares y cuidadores hacia los Estados Unidos, inestabilidad laboral en los adultos que los rodean y alto nivel de pobreza", enumeró.
El neuropsicólogo destacó que más de la mitad de los menores de la isla viven bajo el nivel de pobreza, lo que mantiene "el cerebro en un estado crónico de alerta" que impacta áreas responsables de la atención, planificación y control emocional.
A esto se suma la exposición tecnológica excesiva. Citando el trabajo del psicólogo Jonathan Haidt y su libro "The Anxious Generation" (La generación ansiosa), Alemán explicó que los adolescentes están "creciendo en un ecosistema de comparación constante donde las imágenes de cuerpos, estilos de vida y éxito son filtradas, editadas e irreales, pero el cerebro del adolescente las experimenta como si fueran el estándar".
El especialista reconoció el papel fundamental de las escuelas en la detección temprana. "Muchas de estas hospitalizaciones se identifican gracias a la escuela o al psicólogo escolar", afirmó, destacando que los educadores observan "conductas atípicas, marcas físicas de intento de autolesión, cambios bruscos en el rendimiento académico o episodios de violencia severa".
"Los maestros hacen una labor titánica, donde observan muchas veces y salen de su rol que tienen varios y prestan atención a ese joven que llega cabizbajo, que llega un poco diferente", reconoció el Dr. Alemán.
El neuropsicólogo también abordó las limitaciones del sistema de salud mental. "Mi lista de pacientes se tuvo que cerrar. Los profesionales que trabajamos por cuenta propia en prácticas privadas nos estamos dando cuenta también que la sobrecarga está siendo alta", reveló.
Señaló que existe un déficit significativo de psiquiatras infantiles en la isla, lo que se traduce en listas de espera prolongadas y "familiares que muchas veces no saben a dónde acudir hasta que la situación explota".
A pesar del panorama preocupante, el Dr. Alemán ofreció un mensaje de esperanza: "Muchos adolescentes que acceden a tratamiento a tiempo logran estabilizarse, regresan a la escuela, se logran reencontrar con actividades que disfrutan, construyen relaciones más sanas y aprenden habilidades de regulación emocional que les sirven para toda la vida".
El especialista recomendó intervenciones basadas en evidencia como la terapia cognitivo-conductual, la terapia dialéctica conductual adaptada para adolescentes, y cuando sea necesario, tratamiento farmacológico monitoreado.
"Si su hijo o hija adolescente está más irritable de lo usual, se aísla, pierde interés en cosas que antes le gustaban, se queja de sentirse vacío, cansado del mundo, no lo minimice", advirtió a los padres. "No es una etapa más, no es un drama, es una oportunidad para intervenir temprano".
Para situaciones de crisis, el Dr. Alemán recordó que la Línea PAS ofrece apoyo 24/7 llamando al 988 o al 1-800-981-0023.
"No se trata de etiquetar, se trata de acompañar. No se trata solo de prevenir la muerte, se trata de ayudarles a construir una vida que valga la pena vivir", concluyó el especialista.