Debido a la pandemia muchos niños han presentado episodios de estrés y ansiedad debido al cambio rutinario en los diversos deberes.
Eduardo Najar
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
Debido a la pandemia muchos niños han presentado episodios de estrés y ansiedad debido al cambio rutinario en los diversos deberes
El panorama del nuevo coronavirus ha afectado a nivel mental y emocional a varios niños, ya que muchos de estos infantes no pueden realizar las actividades que solían hacer, y el cambio diario en la ejecución de roles puede originar algún tipo de trastorno e incomodidad en los pequeños. En entrevista con la revista Medicina y Salud Pública la doctora Laura Deliz, psicóloga y Directora del Centro de Autismo, explica la causa primordial de cómo los niños se han afectado por el confinamiento, la importancia de visibilizar cambios actitudinales en los niños, los efectos de la pandemia a largo plazo en esta población y cómo identificar señales de ansiedad, estrés o depresión.
“La población pediátrica se ha visto afectada porque la tensión familiar se ha incrementando de manera notable, pues sus padres han tenido de lidiar con algunas tensiones como trabajar desde su casa teniendo a los niños en el hogar, estar asumiendo un rol participativo en la educación del niño, tienen dificultades económicas, cambios en sus empresas, muchos han perdido sus empleos, más que todo esto le causa estrés a los padres y familiares que rodean al niño y esto tiene un impacto en él. En el caso de niños con problemas de desarrollo su rutina ha cambiado completamente, muchos de estos son aferrados a estas rutinas y se les hace difícil contemplar situaciones nuevas y la ausencia de familiares también son un factor de estrés, en muchos de ellos se ha visto una exacerbación de sus propios síntomas, por ejemplo si un niño tiene déficit de atención con hiperactividad se ven más ansiosos, más inquietos y con menor receptividad a los cambios, también enfrentarse a un nuevo sistema educativo los afecta, estos cambios son multifacéticos y los pequeños muchas veces no están preparados.” explicó la doctora.
Muchos de los efectos con los que tardan los niños pueden perdurar a largo plazo, ya que superarlo tiene un gran proceso y muchas veces estos tienden a perdurar por un buen tiempo, sin embargo, el acompañamiento profesional debe ser necesario e intensificado para ayudar al niño a superar estos episodios.
“Debemos pensar en esto como un trauma es parecido, y esto se debe a estos grandes cambios y a esta exposición a diferentes tensiones, que pueden causar un efecto traumático, no es solo emocional, debemos tomar en cuenta los efectos en el funcionamiento cerebral y estos deben ser considerados, un cerebro que está bajo estrés tendrá siempre una complicación en funciones de atender, enfocarse, concentrarse y generar creatividad, todas estas funciones ejecutivas se ven comprometidas cuando el niños está bajo tensión y muchas veces ese efecto se puede quedar, en algunos momentos cuando pasan ciertos eventos quedan un montón de signos y síntomas que van a tener que trabajar” dijo la psicóloga.
Es importante que los padres de familia tengan en cuenta los comportamientos y actitudes de los niños, con el fin de brindarles una ayuda continua y cercana cuando se presentan algunos casos de estrés, ansiedad o depresión, esto con el fin de que la recuperación o el tratamiento para superar estas condiciones sea efectivo y adecuado y por supuesto que estos trastornos no pasen a ser más graves.
“Si se ignora el impacto de estrés, tensión las dificultades vas a ser mayores, la disposición de estos niños para aprender y para responder a retos va a ser menor, así que definitivamente hay que preocuparse por su salud mental, muchos de los papas han tenido que casi forzar a los niños a realizar el trabajo escolar, porque se siente esa presión de cumplir con las responsabilidades, uno de los consejos para los papás es que es importante que los chicos aprendan para continuar con ese proceso académico, pero aquí la prioridad tiene que ser la estabilidad emocional y se necesita un equilibrio entre estos dos factores” ahondó la Dra. Laura.
Existen algunos comportamientos, actitudes y expresiones que pueden ser consideradas como el origen a un episodio de trastorno mental o emocional en un niño, es necesario que sean identificadas estas señales con el fin de que el infante pueda ser tratado de forma inmediata y la asesoría con un especialista inicie cuanto antes.
“Los niños que muestran síntomas de ansiedad, estrés o depresión hay que atenderlos de forma inmediata, los papás tienen que entender que es algo que no se podrá superar de forma solitaria. Yo aconsejo que si se nota un cambio grande conductual del niño y se muestran señales de estrés como irritabilidad, llanto, actitudes desafiantes, falta de concentración, que sus gustos han cambiado que no se comunica como antes, estos son signos que deben tenerse presentes” concluyó la Dra. Laura Deliz.