El estudio descubrió que las personas con anosmia congénita (es decir, aquellas que nacieron sin sentido del olfato) presentan patrones respiratorios distintos.
La anosmia congénita es una enfermedad rara que afecta aproximadamente a 1 de cada 110,000 personas. Aunque la causa exacta de la anosmia congénita no siempre está clara, se sabe que puede estar relacionada con anormalidades en el desarrollo sexual y ha sido reportada en casos familiares.
La anosmia congénita puede ser difícil de diagnosticar por varias razones:
· No hay pruebas específicas para detectarla.
· Los pacientes pueden no ser conscientes de su condición ya que nunca han experimentado el olfato.
· A menudo se confunde con otras afecciones, como rinitis o sinusitis crónicas.
· La evaluación del olfato puede ser subjetiva y requerir cooperación del paciente.
· Los métodos de evaluación olfativa están principalmente diseñados para detectar pérdida del olfato adquirida, no congénita.
Un grupo de expertos liderados por Noam Sobel del Instituto de Ciencias Weizmann en Israel ha lanzado un nuevo estudio sobre la anosmia congénita, la condición de nacer sin el sentido del olfato. Publicado en la revista Nature Communications, el artículo sugiere que las personas afectadas respiran de manera diferente, lo que podría explicar la asociación de esta condición con diversos problemas de salud.
El estudio analizó a 21 personas con anosmia congénita y a 31 individuos con un sentido del olfato funcional. Los investigadores encontraron que aquellos con sentido del olfato respiraban con mayor frecuencia, lo que podría ser una respuesta a estímulos olfativos.
La investigación consistía en que durante 24 horas, cada una de las personas que participó en el estudio estuvo monitoreada. Debían realizar sus actividades cotidianas mientras usaban un dispositivo en sus fosas nasales, el cual se encargaba de medir el flujo de aire.
De acuerdo con los investigadores, los resultados mostraron que aquellas personas que tenían un sentido del olfato funcional podían inhalar más veces que aquellos con anosmia.
De igual forma, las personas que nacieron con la condición de anosmia generan más pausas respiratorias y menor flujo máximo al exhalar.
Además, se observó que las inhalaciones adicionales en personas con sentido del olfato se eliminaban en entornos libres de olores, lo que sugiere una relación directa entre la percepción olfativa y el patrón respiratorio.
Limitaciones de la investigación
A pesar de los interesantes hallazgos, los científicos advirtieron sobre las limitaciones del estudio, que incluyó una muestra pequeña y no consideró la respiración bucal. Asimismo, el análisis no abarcó a aquellos que perdieron el sentido del olfato en otras etapas de la vida, como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Estos factores invitan a una investigación más amplia para comprender mejor las implicaciones de la anosmia en la salud general.