Es importante desarrollar estrategias saludables para manejar la tristeza, la frustración y otras emociones.
¿Sabías que lo que comes puede tener un impacto directo en tu salud mental? Esto se debe a que el estómago y el cerebro están conectados de manera sorprendente. Para explorar más sobre la relación entre la psicología y la nutrición, nos acompaña la Dra. Rosaly Cartagena, quien no solo es nutricionista, sino también psicóloga y Presidente del Colegio de Nutricionistas Dietistas de Puerto Rico.
La microbiota intestinal, esa comunidad de bacterias y organismos en nuestro sistema gastrointestinal, puede influir en nuestro estado emocional. Un desequilibrio en esta microbiota se ha relacionado con trastornos como la depresión y la ansiedad.
En ocasiones, los cambios en el estado de ánimo o los factores emocionales pueden estar relacionados con deficiencias vitamínicas o problemas de tiroides. Por ejemplo, una mujer con problemas de tiroides descontrolados puede experimentar depresión. Sin embargo, una vez que logramos regular la función tiroidea, la depresión tiende a disminuir.
Además, la Dra. Cartagena destaca "cómo una deficiencia vitamínica o problemas de salud física, como los relacionados con la tiroides, pueden afectar el estado de ánimo. Algunos alimentos promueven la producción de neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, que influyen en nuestras emocione".
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Los neurotransmisores desempeñan un papel crucial en la regulación del estado de ánimo, el aprendizaje y la cognición. Cuando uno de ellos está desequilibrado, afecta diversas áreas de nuestra salud mental. Por eso, es importante considerar nuestra dieta, asegurándonos de consumir alimentos que favorezcan el metabolismo adecuado de estos neurotransmisores.
Se ha observado que una dieta alta en alimentos inflamatorios, como grasas, azúcares y sales, puede provocar cambios en el estado de ánimo, incluyendo depresión y ansiedad. Por ello, es esencial educarnos en el aspecto emocional, aprender a identificar nuestras emociones y regularlas sin depender exclusivamente de la comida como un remedio. Sentir tristeza o frustración es natural, pero es importante desarrollar estrategias saludables para gestionar esas emociones.
Para simplificarlo, la Dra. Cartagena utiliza la metáfora de una escala: "si un neurotransmisor está desequilibrado, puede afectar diferentes áreas, incluido el estado de ánimo. Una dieta rica en alimentos inflamatorios, como grasas, azúcares y sales, también puede afectar negativamente el estado emocional".
La Dra. Cartagena nos insta a aprender a identificar y regular nuestras emociones sin recurrir a la comida como única solución. Es importante comprender que sentir tristeza o frustración es normal, y debemos desarrollar mecanismos saludables para manejar esas emociones.