Utilizando imágenes por resonancia magnética abdominal, los científicos cuantificaron distintos tejidos adiposos y su impacto en la cognición y volúmenes cerebrales.
El estudio, publicado en una revista especializada, revela una conexión preocupante entre la cantidad de grasa almacenada en el páncreas y el deterioro cognitivo en hombres de mediana edad, con alto riesgo de enfermedad de Alzheimer.
El estudio examinó cómo los distintos depósitos de grasa abdominal están relacionados con el funcionamiento cognitivo y los volúmenes cerebrales en personas con alto riesgo de Alzheimer debido a antecedentes familiares. Se incluyeron 204 participantes, en su mayoría mujeres, con una edad media de 59 años. Se evaluaron diversos depósitos de grasa mediante resonancias magnéticas abdominales y se llevaron a cabo resonancias magnéticas cerebrales para evaluar regiones cerebrales específicas.
Se encontró que un mayor porcentaje de grasa pancreática se asociaba con una cognición y función ejecutiva más bajas en hombres, y con una menor función ejecutiva y volumen del hipocampo en mujeres. Además, la distribución de otros tipos de grasa abdominal también mostró asociaciones diferentes entre hombres y mujeres, destacando la complejidad de esta relación.
Utilizando imágenes por resonancia magnética abdominal, los científicos cuantificaron distintos tejidos adiposos y evaluaron la cognición y los volúmenes cerebrales.
Descubrieron que un mayor porcentaje de grasa hepática se relacionaba con un menor volumen total de materia gris. Específicamente, en hombres, una mayor cantidad de grasa pancreática se asociaba con un peor desempeño cognitivo y menores volúmenes cerebrales en áreas clave relacionadas con la memoria y la función ejecutiva.
Estos hallazgos subrayan la importancia de considerar la distribución específica de la grasa corporal en la salud cerebral, especialmente en el contexto del riesgo de enfermedad de Alzheimer. Más investigaciones son necesarias para comprender completamente estos mecanismos y desarrollar estrategias preventivas efectivas.
Así mismo sugieren una conexión específica de género entre la grasa abdominal y la salud cerebral.
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