Un factor determinante en el desarrollo de esta afección en esta población, es la alimentación.
La enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA) es actualmente reconocida como la enfermedad hepática más prevalente en el mundo, además, su incidencia está en constante aumento debido a los estilos de vida poco saludables. El sedentarismo, la alimentación desequilibrada y la obesidad son factores clave que contribuyen a su desarrollo.
"La enfermedad se refiere a una acumulación de grasa dentro del hígado, ¿cuánto es mucho en este sentido? Arriba del 5 %" manifestó el Dr. Mijail Tapia, especialista en el manejo nutricional de diabetes y obesidad.
Factor de riesgo en LATAM
El especialista señaló que, "los latinoamericanos tenemos cierta predisposición genética para algunos polimorfismos que toma un gen particular que tiene que ver con el procesamiento de la grasa y los carbohidratos".
Además, añade que otro factor determinante en el desarrollo de esta afección en esta población, es la alimentación. Precisando que el sistema digestivo no está naturalmente adaptado para digerir comidas ultraprocesadas, frituras y alimentos chatarra, que suelen ser consumidos con frecuencia.
"Podemos decir que genéticamente y evolutivamente no estamos preparados para comer este tipo de alimentos y menos altos en azúcares y grasas trans", explicó el Dr. Tapia.
Asimismo, indicó que en América Latina hay una alta incidencia de obesidad y sobrepeso, los cuales son factores de riesgo de la enfermedad por hígado graso no alcohólico.
Cantidad de fructosa como factor de riesgo
La condición no sólo se produce debido a la acumulación de grasa, sino que también puede ser causada por la acumulación de azúcares. De hecho, el experto sostiene que los niveles de fructosa (se encuentra mayormente en productos de supermercado) que se están consumiendo en la actualidad son significativamente altos.
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"Estamos consumiendo entre 1000 - 2000 % más fructosa que hace 50 años, esto no tiene que ver con que estemos comiendo más frutas, probablemente estemos comiendo menos, pero estamos comiendo más alimentos ultraprocesados", expresó el galeno.
Por lo tanto, el especialista señaló que si bien el organismo puede convertir algunas porciones de fructosa en energía, cuando la cantidad es tan elevada, comienza a acumularse, lo que puede desencadenar el desarrollo de ciertas enfermedades como la EHGNA.
Es una enfermedad silenciosa
La enfermedad por hígado graso no alcohólico, en sus etapas tempranas, suele ser una condición asintomática en aproximadamente el 99% de los casos, según afirmó el experto. Esto se debe a que los síntomas que pueden surgir suelen ser vagos o pueden confundirse con otros trastornos, lo que dificulta su detección oportuna.
No obstante, señaló que algunos indicios de la afección es la resistencia a la insulina, "la más frecuente es la famosa Acantosis Nigricans, es cuando la piel toma un tono oscuro particularmente en los pliegues. Se ve mucho en el cuello, los codos, las rodillas, las axilas y en las ingles, pero es un dato indirecto, lo hace probable pero no lo confirma", agregó.
Debido a estas circunstancias, el Dr. Tapia enfatiza que una gran cantidad de casos se descubren de manera fortuita durante exámenes de chequeo rutinarios.
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Factores de riesgo
El factor de riesgo más importante de esta enfermedad, es la obesidad y el sobrepeso, por ello, es sumamente importante llevar una un estilo de vida saludable.
Por otra parte, sufrir de diabetes es un riesgo bastante alto, ya que el Dr. Tapia enfatizó que el 75 % de estos pacientes tienden a tener hígado graso.
Por ende, el especialista recomienda incluir una dieta "alta en fibra, vegetales, al menos cinco porciones por día, una dieta moderada en fruta, entre una y tres frutas al día, preferiblemente evitar los jugos, ya que tienen un alto contenido de fructosa", aconsejó el experto.
Además, declaró que se deben evitar los embutidos, comidas ultraprocesadas y bebidas azucaradas de cualquier estilo.
Complicaciones hepáticas
El hígado graso no alcohólico puede aumentar a enfermedades hepáticas mucho más graves, "de esta grasa que se llama esteatosis puede aumentar a un grado de inflamación que se llama esteatohepatitis y puede evolucionar más hacia fibrosis, cirrosis y rara vez puede evolucionar más a lo que sería carcinoma hepatocelular".
Además, esta enfermedad está ligada a condiciones cardiovasculares, aumentando el riesgo de fallecer por infarto o hipertensión.
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En el pasado, se solía asociar la cirrosis con el consumo excesivo de alcohol. Sin embargo, el especialista enfatizó que esa ya no es la principal causa de esta afección en gran parte del mundo. En cambio, ahora se le atribuye principalmente a la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
"Entendamos que esto es algo muy frecuente y el tratamiento óptimo para el hígado graso debe ser multimodal, incluyendo nutriólogo, médicos especialistas, posiblemente psicólogos, dependiendo el enfoque y no solamente es decir 'baje de peso' es decirle cómo lo va a hacer", concluyó.